Compartimos parte de la creación poética de Verónica Bruna Olmedo @pajaranortina, quien desde Iquique ha desarrollado proyectos interdisciplinarios en torno a la música, el teatro y la escritura.
En este pequeño compendio de su trabajo poético se entrecruzan tópicos como la vida urbana, las memorias sensibles del cuerpo, la pérdida y el desahogo.
La soledad elegida.
Las bocinas de la ciudad distantes
se cuelan en el silencio de mi momento.
Busco refugio en el sonido de mi sangre.
Busco sensaciones en los acordes de canciones
adolescentes.
Perder. Conozco la vida en paciencia.
Ganar.
Más en el proceso de saber también perder algo.
Nunca te tuve, mirada pasajera.
Poros volviéndose a abrir.
Permitiéndose sentir.
Otro 11
Se despierta otro 11
en que la fractura se expone.
Los 11 de lágrimas de cenizas,
reviven entre las paredes agrietadas
del barrio donde vivo.
Se escuchan los pasos perdidos
entre los ecos de bocinas apuradas.
Pasos que debieron volver a casa.
La realidad se divide en dos.
Miro mis historias, te doy like.
Siento lo olvidado.
La sra de la zapatería
compra su zapato,
pero el calendario colgado
resuena en nuestras células
aún esperando ser encontrado.
CAOS
Se me enreda la lengua
intentando entender el mundo.
Se me retuercen los labios
buscando palabras que,
pareciese, están
innnn
crusss
taaa
dddas
en lo profundo de mis verdades reales.
¿Có
mo
rom
per
me?
Intento a veces ser humana
planta. Entender mis poros.
Escucharlos.
¿Por que a veces explotan?
Siento mucho.
recuerdo tanto.
Olvida nada.
Estrujando
He sacado con llanto,
estrujando mi alma,
desde el fondo del volcán
enredado de la memoria
que decidí mantener enjaulada.
Desde lo más profundo, más allá del
último rincón de mis células, ha
salido el quejido, el temblor, lo
quebrado. Ha salido en humo, en
olor a densidad en fuga.
En grito encerrado.
Se golpea la tierra con mis
pies vulnerables.
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