El pastor dicta la prédica mientras todos están sentados, cientos de haitianos y haitianas que llevan horas honrando a su dios.
La Tirana, una fiesta de color en blanco y negro
La virgen sale a desplegarse en su reino. A las cuatro cero cero, va en andas de quienes tienen el privilegio de llevarla sobre sus hombros, soportar su peso y el calor que llevan sobre la cabeza, a modo de penitencia pero también de ejercicio exclusivo, destinado sólo a los elegidos de esta fiesta.