Hoy, más que nunca, ¡Jaime Garzón vive! (y muere)

Pero la violencia en Colombia demanda una urgencia perentoria, sobre todo porque las agencias y oenegés vienen denunciando hace por lo menos dos años un oscuro rebrote de la epidemia que afecta los campos colombianos desde los tiempos en que el Coronel no tiene quién le escriba, e incluso más.