La civilización es la forma moderna, «secularizada» o «ilustrada», de la evangelización. La espada y la cruz; la espada y la instrucción. Evangelización y civilización son procesos coloniales de asimilación forzada ―detrás estuvo siempre el poder de las armas― y aculturación que, en el caso del Wallmapu y sus habitantes, han atravesado las constelaciones históricas de la invasión imperial española y la ocupación estatal−nacional chilena.
Afrocordobeses: la sangre que nos fue negada
Nos enseñaron a odiar, negar e invisibilizar nuestra tercera sangre. Aquella que nos enseñó a bailar, a reír y a contactarnos con la tierra. Que entre cadenas fue traída contra su voluntad, construyó esta ciudad y estos pueblos.
La ola ya es un mar: el 8M en las calles de Chile
Pezoa Véliz recobrado
Estos textos, digamos crónicas, muestran a un Pezoa agudo en sus observaciones, de humor filoso y sano desprecio por la autoridad. Ya sea describiendo los hábitos de la calle Viana o la compleja vida social que se desarrolla en los alrededores del Marga-Marga, su prosa parece alimentarse tanto de su oficio de versificador como de ciertas inquietudes antropológicas propias de la mejor crónica chilena del siglo XX.
Retóricas de la revolución en “La Musiquilla de las Pobres Esferas” de Enrique Lihn
Si contrastamos esta propuesta poética con la de sus ensayos, vemos que Lihn lleva a cabo su crítica utilizando el repertorio brechtiano que reivindica, confrontando el efectismo de Neruda mediante el sarcasmo y la denigración de la voz poética.
Contra el revanchismo en el Wallmapu: un pacto territorial mapuche
Se trata, pues, de avanzar hacia una política mapuche para todo Chile, construir una estratégia democrática en la gestión territorial del Estado y, más contingente aun, proyectar una defensa de los derechos humanos amenazados por la violencia que justifica el neoliberialismo, no sólo en Temucuicui, sino a lo largo y ancho de nuestro país colmado de contradicciones.
“El gran pretender” de Crosthwaite: un retrato del cholismo de frontera
Crosthwaite no sólo vio la oportunidad de desmitificar una figura cargada de estereotipos negativos sin caer en su victimización, sino también de narrar desde su misma vereda, utilizando su lenguaje, acercando sus costumbres, siendo uno más del barrio.