Si se trata de rastrear el origen de la catástrofe en la que nos encontramos, las apuestas se disparan. Se puede hablar de años, décadas, siglos, milenios o kalpas.
No me hagai eso, Gastón Guzmán
Él, tan sólo unos minutos antes, me había dado la impresión de que quería irse. De que ese no era su lugar, y de que estaba perdiendo el tiempo conmigo. Hablaba como cantaba —aunque quizá era al revés: solos los niños se embrujan con el canto del molino.