La Tirana: Rezar con el cuerpo

Este pueblo es el escenario donde el calor, el sudor y una tierra finita que se mete en todos los rincones y pliegues -conocida como chusca- se levantan y brotan en los saltos y pasos de los bailarines y bailarinas, quienes para muchos no sólo danzan sino que rezan con sus cuerpos, con movimientos que más que coreografías son plegarias de una fiesta tan pagana como religiosa. 

La Tirana, una fiesta de color en blanco y negro

La virgen sale a desplegarse en su reino. A las cuatro cero cero, va en andas de quienes tienen el privilegio de llevarla sobre sus hombros, soportar su peso y el calor que llevan sobre la cabeza, a modo de penitencia pero también de ejercicio exclusivo, destinado sólo a los elegidos de esta fiesta.