Cristian Geisse regresa con un libro que compila En el regazo de Belcebú (2011) y El infierno de los payasos (2013) editada bajo el sello de Emecé, a la que ha decidido agregar un conjunto de cuentos inéditos que logran ampliar su universo diabólico. Es imposible no regresar a las influencias literarias que ya se hacen tradicionales en la narrativa geisseana, como Alfonso Alcalde, Manuel Rojas y Lautaro Yankas. También se hace necesario reconocer los rastros de la narrativa de terror, quizás algo de Hugo Correa en Donde acecha la serpiente (1988), o del horror y la fantasía de H. P. Lovecraft. Todas estas influencias han sido comentadas en incontables reseñas de sus publicaciones anteriores. Se ha hablado sobre la influencia del mundo indígena en su obra y cómo la provincia se toma los espacios de sus narraciones en un esfuerzo de establecer un lugar de resistencia a la metrópoli capitalista, pero poco se ha hablado sobre el significado de la figura diabólica en la narrativa geisseana, algo sobre lo que Geisse ha dejado pequeñas migas de pan en toda su obra.
En esta nueva edición de En el regazo de Belcebú Geisse ha incorporado un texto fundamental. ¿Estás ahí, Yin? surge como una súplica descarnada a la memoria de Yin Yin y un intento de conciliar el dolor con la aceptación de la muerte. Geisse rememora delicadamente el sufrimiento de Gabriela Mistral al fundirse con su voz que se pregunta, que implora por una razón al suicidio de su hijo. En este cuento Geisse explora una nueva mirada del infierno, donde la figura satánica ya no es su centro. Se deja de lado la imagen tradicional creada por el cristianismo para concebir un infierno interior, más humano y personal. El diablo ya no es quien inspira miedo, sino que ahora reside en lo más profundo del alma humana, en su dimensión psicológica y emocional.
En el infierno de los payasos también se ha agregado un cuento inédito, que ha tomado el lugar de Nefilim, publicado en su primera edición. Pollock, como lo dice su nombre, es un relato que no perdona a su protagonista y que en un sinfín de anécdotas que, a través del abuso del alcohol y drogas, reflejan el infierno interior de Pollock y que Geisse nos lo cuenta cuando dice que los poetas son feos por dentro.
Finalmente con Asmodeo Ramos, publicado en la tercera y última parte de Pobres diablos (2018), Geisse termina por señalarnos que el diablo ya no es la figura castigadora que deriva de la concepción Cristiana, sino que surge como una representación alegórica del capitalismo tardío. Podemos encontrar la figura diabólica en una multiplicidad de formas que recuerdan, por ejemplo, las representaciones diabólicas premodernas del macho cabrío que encontramos en La negra, el diablo que utiliza las formas humanas en ¿Has visto a un dios morir? y Marambio, o la figura de la Femme Fatale en Calixto Gómez. Contrario a lo anterior, en Asmodeo Ramos Cristian Geisse despeja toda duda sobre quien es realmente el diablo y cuál es su intención.
Nino, el protagonista, es un joven que creció junto a su padre Eugenio en un pueblo de la periferia que ha sucumbido al poder del diablo, el amo absoluto en la región. En un pueblo donde el diablo ha comprado a la iglesia, al poder político y a la justicia, la única figura que se atreve a revelarse es Eugenio, que más tarde sufrirá las consecuencias de funcionar fuera del sistema. En esta narración el dinero lo compra todo. Asmodeo Ramos posee tanto poder que soborna a los ángeles del cielo, e incluso a Jesús, quien bebe pisco y mira al vacío con los ojos extraviados sin reconocerse como la figura salvadora del catolicismo.
En esta última parte se cierra el círculo del sistema capitalista. Si bien en una lectura anterior de En el regazo de Belcebú y En el infierno de los payasos Geisse dejaba abierta la posibilidad de establecer un espacio de resistencia al capitalismo desde la periferia, que aún sobrevivía gracias al continuo regreso a las costumbres premodernas, a la cercanía con el mundo natural e indígena, en la tercera parte llamada Fue como un padre para mí (2018) el autor ha cerrado toda posibilidad de resistencia al capitalismo. El diablo es amo y señor de los espacios premodernos y la conexión con el mundo espiritual se ha perdido. En el universo geisseano el capitalismo habita cada uno de los espacios sin que nosotros podamos escapar de él.
Pobres diablos
Cristian Geisse Navarro
Emecé Ediciones
2018
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[Portada] Fragmento de la portada del libro Pobres Diablos, imagen diseñada por Ian Campbell
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