LA VICTORIA UNA OBRA DE TEATRO SÍNTOMA
Teatro Síntoma es una compañía que surge en el año 2010 con la inquietud de crear nuevos lenguajes escénicos que reflejen los síntomas sociales y culturales de la historia de Chile, construyendo así un teatro político en torno a la visión y acción femenina en distintos escenarios, recogiendo testimonios y dándole vida a historias invisibilizadas.
Obra escrita por Gerardo Oettinger. Fue estrenada en el 2014 en el Teatro del puente por la directora Paula Gonzalez. Su diseño fue seleccionado para representar a Chile en la Cuadrienal de Praga 2015. Ese mismo año Gerardo Oettinger, asume el rol de la dirección y participa junto a la compañía Síntoma en el Festival “Lluvia de Teatro” (Valdivia) y de una itinerancia popular en distintas comunas del país. El 2016 se presenta en la Universidad Mayor y en Centros de Memoria de la Región Metropolitana con financiamiento de FONDART. El 2017 participa en el Festival Santiago a Mil y el Festival Zicosur.
RESEÑA
La escena sucede en la capilla de una población periférica donde se prepara una olla común, las fuerzas de represión entraron al lugar y se llevaron detenida a la monja y a las dirigentas. En escena, las pobladoras que quedan, se ven enfrentadas a cocinar la poca comida regada y pisoteada, deberán así decidir cómo se repartirá el alimento, quién puede y no puede comer, dónde están las prioridades, es el enfrentamiento entre la victoria del hambre versus la organización.
DURACIÓN: 60 min.
GÉNERO: drama político
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia: Gerardo Oettinger
Dirección: Gerardo Oettinger y Catalina Torres
Elenco: Andrea Ahumada, Ana Burgos, Catalina Cornejo, Lucia Díaz, Lea Lizama, Daniela Pino
Diseño integral: Josefina Cifuentes, Natalia Morales
Composición musical: Cristián Mancilla, Giancarlo Valdebenito
Inspirada en testimonios de pobladoras
que participaron en ollas comunes en el Chile de los 80.
“Lo que por sabido se calla, por callado se olvida”, refán popular.
“Un día como cualquier otro, hasta que lo extraordinario irrumpe con la violencia de lo inesperado», Santiago Loza.
POBLADORAS Lidia Torres. Yolanda Díaz. Brígida Lizama. Nora Pino.
Inés Cornejo. María Burgos.
Primera escena, en la capilla, se ponen a ordenar el mesón para cocinar. Están Yolanda e Inés, Nora, Lidia y Brígida.
(Comienzan a ordenar el lugar.)
Inés:
¿Y la María?, ¿no andaba con ustedes?
Lidia y Brígida:
No.
Inés:
¿Y por qué toavía no llega?
Brígida:
Habrá ido pa las barricás a anotar más gente pa la olla.
Inés:
Pero ella dijo que iba a llegar temprano.
Brígida:
Te apuesto que fueron esas viejas culiás sapas de la junta la que le avisaron a los milicos que íbamos a hacer la olla.
Inés:
Quienes más po.
Lidia:
Compañeras, ¿hasta cuándo vamos a aguantar que esas chuchesumadres nos sapeen con los milicos?, que nos acusen de subversivas por querer alimentar a nuestras familias…
Yolanda:
¡¿Qué han hecho ellas pa ayudarnos?!, ¡na! La comía que les entrega la Vicaría se la reparten entre ellas.
Lidia:
No respetan ni las colas ya.
Inés:
Prefieren que el lumpen saquee la ayuda que nos llega pa la olla.
Brígida:
Me he agarrao a quiscas con varias que entran empujando, pegando codazos como vieja de la micro. No sé qué hueá se creen, ¿que una es qué weá?
Inés:
Ya es mucho el abuso ya oh.
Brígida:
Vamos a tener que hablar con los compañeros pa que les peguemos una atrincá a esas chanchas. Van a ver lo que es traicionar a su propio pueblo las chuchesumadres.
Inés:
Yo voy a organizar a las autodefensas pa que cobremos venganza y le prendamos fuego a su cede.
Brígida:
Esta hueá no es na chacota. Ustedes, los pendejos de las autodefensas, están pa estar vigilando en los techos y las esquinas, pero pa algo así hay que hablar con los del Mapu Lautaro y de eso me encargo yo. Lo que tenimos que ver ahora es: cómo cresta vamos cocinar.
Inés:
Yo me puedo ir a conseguirme otro fondo, está too tiznao y abollao por los caceroleos, pero igual nos sirve.
Nora:
Pero, si la capilla ya no es na resguardo.
Brígida:
!No hay aónde más ir a parar la olla, poh! Y los compañeros nos están esperando, tenemos que llevarles la comía.
Lidia:
Hagámosla acá no más, no queda de otra.
Nora:
Pero es que es obvio que los chanchos van a volver po, si no son na tontos.
Brigida:
Si vienen de nueo, les ponemos el pecho a las balas.
(Silencio.)
Nora:
Pero es que nadien se va a atreverse a venir a buscar sus porciones, los pacos tienen rodeá la población.
Lidia:
Habrá que salir a repartirla, porque los abuelos no pueden caminar pa venir a buscar sus porciones. Nosotras podemos tomar té, cualquier cosa, un poquito de cardo, si es pa los niños.
Inés:
Mi tía Nora tiene razón, ¿no nos estaremos arriesgando mucho por cocinar acá?
Brígida:
Si tienen miedo, váyanse pa sus casas.
Inés:
Todas tenemos derecho a opinar poh compañera. Y yo seré la más jóven, pero no soy na lesa. He luchao en las barricás igual que todos y muertas no servimos.
Yolanda:
Esperemos a que llegue la hermana y vemos aónde hacerla. Por mientras pongámonos a limpiar que el Jaime está cuidándome a las niñas en la casa y deben estar preocupaos; y sus familias también.
Brígida:
Dejémonos de hueás, hagámosla ahora, acá mismo.
Lidia:
¿Aónde más quieren hacerla, en la calle?
Inés:
No sé poh, en alguna casa.
Lidia:
¿En la casa de quién?
Inés:
De la tía Nora.
Nora:
¿La mía?… si mi papi está enfermo, no se puede.
Yolanda:
En la mía están mis niñas.
Inés:
La mía tampoco.
Nora:
En las casas es mucho el riesgo. Los milicos nos inculpan, nos meten armas, llaman a la tele y dicen que somos terroristas.
Brígida:
¿Terroristas, por hacer comía? Terroristas son ellos que lanzan cuerpos con balas en las cabezas a los canales. La que tenga miedo se puede irse pa la casa, acá nadie la va a mirarla feo, no es obligación. Yo me quedo.
(Brígida levanta su mano.)
Lidia:
(Levanta su mano) Compañeras, no dejemos que estos chuchesumadres nos dividan, porque es así como nos van a terminar venciendo. En un més más se viene el Paro Nacional y nosotras tenemos que ser fuertes, valientes. Como nos enseñó la hermana: esta olla no es solo pa que podamos comer, es también, nuestra herramienta de denuncia. Pa darnos a conocer por lo que estamos pasando. Pa que los estudiantes, los trabajadores y la gente nos entreguen su apoyo, yo también me quedo.
Brígida:
Esta olla es la única manera de que podamos mantener nuestra organización unía, de ser solidarias, de fortalecer los lazos de fraternidad entre losotras poh: es un logro de voluntá de mantenernos en colectivo entre toda esta injusticia. Como nos enseñó la hermana: “la resignación es una droga que duerme a la gente, duerme la conciencia, como el el copete, como el neoprén”.
Inés: (Levanta su mano) Yo por eso lo dejé.
Brígida:
Así como los compañeros están dispuestos a tomar la pala, el serrucho, el martillo y las armas, nosotras tomamos los cuchillos, las cucharas y las ollas pa trabajar, no me voy ni aunque vengan de nuevo los cara pintás.
Yolanda:
(Levanta su mano) Yo también me quedo.
Nora:
Ya, yo también.
Yolanda:
(Todas empuñan las manos) No les vamos a darles en el gusto a estos desgraciados, aunque lleguemos con el puro cardo, ahí vamos a estar con nuestra gente, marchando como nos lo enseñó la hermana.
Inés:
Voy y vuelvo.
Nora:
¿Te acompaño?
Inés:
No, sola la hago más corta.
(Inés sale. Se escuchan sus chiflidos. Comienzan a preparar la olla.)
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