A 90 años de su fallecimiento, la figura de José Carlos Mariátegui, sigue teniendo plena vigencia para comprender los límites de nuestras sociedades periféricas, capitalistas y coloniales. Sus aportes al pensamiento crítico latinoamericano motivaron a la creación del libro “José Carlos Mariátegui y la aventura inconclusa” editado por Lutas Anticapital, en Brasil.
Compartimos, un extracto de la presentación, realizada por Silvia Adoue y Deni Alfaro Rubbo. La voz del Amauta se sigue expandiendo y su obra continúa arrojando destellos para enfrentar a la bestia colonial.
La historia del marxismo no se puede reducir a las tendencias imperantes en la izquierda desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Tampoco es una línea homogénea. Hay una constelación intelectual y política clandestina palpitando en esta corriente heterogénea, reprimida por la centralización burocrática y el reformismo social-liberal. En América Latina, una de las estrellas más visibles de esta tradición errante es la figura de José Carlos Mariátegui (1894-1930).
A lo largo de las décadas, la obra del marxista peruano ha demostrado ser uno de los referentes esenciales de nuestro tiempo. Marxista convencido y confeso, como a él mismo le gustaba definirse, sus hipótesis heréticas sobre varios temas candentes de la vida social parecen tener todavía una actualidad asombrosa, como un espectro que acecha el pensamiento estrecho y superficial tan de moda en la actualidad.
«Precursor», «pionero», «original», «auténtico». Estos y otros adjetivos similares son constantemente atribuidos por autores de distintos calibres al referirse a la producción marxista de Mariátegui. Esta fama póstuma se basa en la idea de que, el conjunto de su proyecto político-teórico, la relación entre América Latina y el marxismo no se construyó a través de la cadena mecánica de efectos y causas, de una copia descarada de la teoría producida en Europa, o una aplicación inmediata de fórmulas positivistas. Para él, el marxismo no era una religión de salvación terrenal. Y América Latina no siguió el tren de la historia del progreso lineal y homogéneo. En esta relación compleja, enigmática e insinuante, surgió una temporalidad histórica disonante en América Latina.
Las temporalidades aparentemente desfasadas marcaron la matriz de la explotación capitalista, pero también presentan, en opinión de Mariátegui, el resplandor de las posibilidades futuras.
Pero, al fin y al cabo, ¿no surgió la tradición teórica inaugurada por Marx de una ferviente apología de la teleología de la historia y del determinismo económico, confiado en los engranajes del progreso, como afirman cientos de narrativas liberales, socialdemócratas y (neo) estalinistas? En su hermoso libro Marx, el intempestivo (1999), Daniel Bensaïd afirma que la contribución decisiva de Marx es una nueva representación de la historia.
Contrariamente a las formulaciones positivistas y fatalistas, la “nueva escritura de la historia” de Marx estaría configurada por el desarrollo desigual entre las diferentes esferas de una formación económico-social específica y un enfoque crítico de la noción abstracta de progreso. Una concepción “abierta” de la historia que camina por las huellas de la incertidumbre actual. Un futuro que no fue diseñado de antemano, definido, garantizado. Ahora bien, era una nueva escritura de la historia latinoamericana que Mariátegui empezaba a producir tras su gira europea, en la que afirmaba “el deber de una tarea americana”.
El marxismo crítico de Mariátegui era consciente de la tensa relación entre una realidad dinámica y el imperativo de interpretarla y transformarla. Para hacerlo palpable en América Latina, era necesario cuestionar sus alcances y límites. El socialismo en América Latina implicaría un difícil encuentro entre el pasado y el futuro. Por ello, buscó aprehender el enigma latinoamericano y sus peripecias históricas a través de la “creatividad heroica”, expresión que ciertamente causó escalofríos a las ortodoxias constituidas por el terror burocrático.
“Ciertamente no queremos que el socialismo Americano sea de calco y copia. Debe ser una creación heroica ”.
Descifrando la esfinge latinoamericana sin calco ni copia, pero con creación heroica para las nuevas generaciones, sentenció Mariátegui. Esta formidable orientación teórica y política sirvió de brújula para generaciones de intelectuales activistas y para la sociología crítica latinoamericana, que encontró diferentes formas de discutir sobre las complejidades y heterogeneidades de la región. “Modernidad sin modernidad ”; “La originalidad de la copia”, “desarrollos desiguales y combinados”, “la convivencia de tiempos”, “tiempos mezclados y superpuestos”. Como bien apunta Patricia Funes (2006, p. 24), hay diferentes formas de abordar las sociedades policromadas que se distancian bastante de las categorías acabadas o cristalizadas. En cierta medida, en la historia intelectual de las ideas latinoamericanas, líneas teóricas como la Teoría de la Dependencia y, hoy en día, los “estudios poscoloniales” son deudores directos o indirectos de las ideas de nuestro autor.
El espectro de Mariátegui no se limita al campo de la izquierda político-intelectual peruana. También desentraña el enigma del capitalismo dependiente en América Latina. Y señala una estrategia en «agonía» (tal como Miguel de Unamuno definió la lucha) y resistencia de organizaciones sociales y políticas. No es casualidad que, en la actualidad, la mayor audiencia de su trabajo se encuentre principalmente en el campo del activismo político. Por ejemplo, la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF), la principal escuela de formación política del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), ubicada en la ciudad de Guararema (São Paulo), ha impartido decenas de cursos sobre el marxista andino durante varios años. movimientos sociales en América Latina.
La obra de Mariátegui expresa un campo temático amplio y variado. Se movió entre temas literarios, artísticos, sociológicos y políticos. Probablemente la profesión de periodista, que ejerció a lo largo de su vida, lo motivó a escribir sobre temas tan diversos. Desde el año de su temprana muerte, 1930, hasta el momento presente, se ha escrito y discutido mucho sobre nuestro autor. Por un lado, algunos aspectos de su trayectoria y obra parecen repetirse, principalmente cuestiones políticas y teóricas de sus últimos años de vida que generaron controversias y disensiones en su itinerario, como las relaciones político-ideológicas con la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). y con la Internacional Comunista, la especificidad del marxismo, el concepto de socialismo indoamericano, la relación entre política y religión. Por otro lado, otros aspectos aún necesitan estudios más rigurosos para, finalmente, iluminar una interpretación global de su pensamiento y tiempo.
* Texto originalmente escrito en portugués, traducido al castellano por Erick Valenzuela Bello
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