En Chile no se ha apreciado hasta ahora que la ultraderecha choque en las calles con la policía. Más bien todo lo contrario: basta contrastar las imágenes de la hija de Camilo Catrillanca, que el día en que cumplía 7 años y se dictaba el veredicto contra los ex carabineros que mataron a su padre por la espalda, fue reducida violentamente por el personal de la PDI, con las imágenes de la amable detención del connotado neonazi Roberto Belmar, luego de irrumpir el 13 de enero con una pistola de balines disparando a personas que se manifestaban por la libertad de los presos políticos de la revuelta.
Belmar que fue por lana y salió trasquilado, no fue reducido con violencia ni siquiera por el hecho de tener un arma en la mano. Todo lo contrario: Carabineros fue clave en evitar que fuera agredido por los manifestantes. Y por increíble que parezca para una persona que ya estaba siendo procesada por agresiones cometidas junto al líder de Capitalismo Revolucionario (Sebastián Izquierdo, que por cierto es trumpista al punto de poner una foto del mandatario gringo en su perfil de redes sociales una vez que este último fuera erradicado de twitter), una vez más el Ministerio Público y el Poder Judicial evitaron enviarlo a prisión preventiva, encuadrando su agresión en la figura de «desorden público» y dejándolo solo con firma mensual y arraigo nacional. De seguro la respuesta sería muy distinta si quien dispara balines fuera un joven mapuche o manifestante de primera línea, pero esto es justicia de clase: el imputado no solo es fascista sino que vive en Las Condes»1.
Tan preocupante como la ineficacia de la respuesta judicial ante este tipo de violencia organizada y planificada resultan hechos tales como la evidencia gráfica de que el grupo fascista que atacó a los manifestante en Paseo Ahumada salió desde las vallas de contención de La Moneda, con rostros cubiertos, ropa de camuflaje y haciendo el saludo nazi. Todo ello a vista y paciencia de numerosos carabineros y sus cámaras de vigilancia que abundan en todo ese sector de la ciudad.
En este punto cabe preguntarse qué es que representa la aparición de estos grupos de clara inspiración fascista en nuestras sociedades en pleno siglo XXI.
El italiano Enzo Traverso al analizar las nuevas derechas extremistas que han surgido en varios países dice que «en el plano ideológico ya no hay una continuidad visible suya con el fascismo clásico» y que podemos pasar por alto esta matriz fascista, sin la cual no existirían, pero también debemos tener en cuenta su evolución porque se han transformado», hasta llegar a caracterizarse por «su contenido ideológico fluctuante, inestable, a menudo contradictorio, en el cual se mezclan filosofías políticas antinómicas»2.
En el caso de este «posfascismo» criollo es evidente que se han mezclado las nostalgias por el fascismo tradicional («avanti il fascismo» proclama Belmar en su cuenta twitter) con el pinochetismo militar y/o neoliberal, recibiendo esta última variedad todo un nuevo impulso con la aparición de corrientes «libertarias» e incluso «anarcocapitalistas», además de grupos nacional-católicos como la autodenominada Vanguardia Nacional y Popular3.
Tal vez la mejor muestra del carácter amorfo e incoherente de este neo/posfascismo son las oscilaciones ideológicas del «pensamiento» de Sebastián Izquierdo. Nieto e hijo de nacionalistas de extrema derecha, ha pasado en poco tiempo de ser un ultraliberal a defender una curiosa forma de conservadurismo con tintes mesiánicos que últimamente reniega de la modernidad en bloque para defender lo que denomina un «capitalismo feudal» (sic). En el símbolo de su grupo conviven los colores negro/amarillo de los libertarios de derecha con un cóndor que de seguro homenajea a la secta nazi Los Cóndores, liderada por su abuelo Guillermo y en que se destacan dentro de la palabra «revolucionario» las letras «evol», «Love» invertido, como en las campañas presidenciales del libertario ultraconservador gringo Ron Paul. Todo un pastiche pos-moderno.
Esta verdadera bolsa de gatos ideológica no debería sorprender en un movimiento que siempre se ha caracterizo por sus componentes irracionales4.
Ya en su momento al analizar la propaganda fascista alemana y norteamericana Adorno y Horkheimer decían que no deberíamos sobrevalorar las aparentes diferencias entre los «nazis declarados» y quienes «intentan mantener un aire de respetabilidad y niegan ser antisemitas: o entre los que «interpretan el papel de conservadores cristianos algo chapados a la antigua y amantes de los placeres hogareños» y «los que, siguiendo una versión más moderna y eficiente, apelan sobre todo a los jóvenes y en ocasiones pretenden ser revolucionarios». Según ellos, ‘más que a auténticas diferencias, nos enfrentamos a una división del trabajo»5.
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Creo que el verdadero peligro de estos grupos está por un lado en la relación de abierta connivencia con la policía y el ejército. No olvidemos que el año pasado fue condenado por varios delitos de tortura Francisco Arzola, un oficial de Carabineros que les decía a sus víctimas que se iban a acordar de él porque era «el paco nazi”6, y que en diversas ocasiones se ha podido comprobar una muy buena relación entre grupos neofascistas y policías, que comparten un ideario simplista de limpieza de las calles mediante «barridas» y ataques a quienes perciben como marginales y/o delincuentes, «tercerizando» así la labor represiva oficial.
Consideremos un dato escalofriante: según cifras dadas a conocer por la Corte Suprema hay solo 11 agentes del Estado en «prisión preventiva» por delitos asociados a la represión del estallido social, la que por lo demás no se cumple en cárceles sino en recintos policiales o militares. Y además ha habido 9 extremistas de derecha presos: el pistolero de Reñaca, John Cobin, ya condenado a 11 años de cárcel, y los 8 integrantes de Aún Tenemos Patria (uno de los grupos integrantes de la Vanguardia) que quedaron en prisión preventiva porque amenazaron a la fiscal Chong. El último dato es relevante: no se ha aplicado prisión preventiva a quienes como Izquierdo y Belmar se han organizado para atacar personas”7, sino a quienes se atrevieron a desafiar al Ministerio Público y, después de unas pocas semanas en prisión preventiva, ¡a 7 de ellos se les cambió la medida cautelar por arresto domiciliario total!
Pero más peligroso que todo eso resulta que el Partido Republicano de Kast, abiertamente pinochetista y xenófobo, haya sido integrado a la lista de Chile Vamos, con lo cual se ha legitimado explícitamente su posición posfascista como una opción totalmente válida dentro del espectro político actual.
Esa validación política unida a la falta de una respuesta judicial adecuada y proporcional a su peligrosidad podrían incrementar considerablemente los niveles de violencia en las calles a partir de ahora.
1 – Aunque uno de los “fachos pobres” del grupo reside ahí cuidando el domicilio de Izquierdo, que al parecer anda fondeado por las inmediaciones de Peñaflor.
2 – Enzo Traverso, Las nuevas caras de la derecha, Buenos Aires, Siglo XXI, págs 18-19.
3 – Que bajo un discurso cristiano y “comunitario”, en sus redes realiza convocatorias y actos de gran violencia, como el robo y quema de lienzos de familiares de presos de la revuelta y la convocatoria en La Moneda, el mismo día en que Belmar agredió la manifestación por los presos.
4 – Un panorama de estas nuevas tendencias en Chile lo ofrece el libro colectivo Nueva derecha, editado por el Centro de Estudios Libertarios y Ciudadano Austral, con prólogo de Agustín Laje y reseñas de Axel Kaiser, y que incluye una detallada entrevista a José Antonio Kast. Ver: https://www.elbaquedano.com/noticias-blog/libro-nueva-derecha-se-posiciona-como-reterente-para-el-nuevo-movimiento-patriota
5- «La teoría freudiana y los esquemas de la propaganda fascista». Incluido en Theodor Adorno, Ensayos sobre la propaganda fascista. Psicoanálisis del antisemitismo, Buenos Aires, Paradiso, 2005, pags. 21-51.
6 – Sentencia del 4to Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, RUC 1700492941-1, RIT 305-2019.
7- Cuando fueron formalizados no se invocó el delito de asociación ilícita, a pesar de que en su argumentación la Fiscalía dijo: «Estamos en presencia de una agrupación que se organiza a efectos de acometer en contra de personas que piensan distinto. Se han provisto de elementos, han solicitado fondos, se han provisto de elementos precisamente para, frente a cualquier manifestación en contrario, hacer uso de aquello. Estimamos que en un estado democrático no podemos permitir que bajo pretexto de ciertas ideas se organicen grupos para causar lesiones
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