Ya son más de 40 años de organización de las comunidades indígenas en la Selva Lacandona y se acaban de cumplir 30 años desde que el mundo conoció la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas. A contracorriente de las teorías posmodernas, y los relatos totalizantes, las comunidades zapatistas se alzaron en contra de 500 años de colonialismo, sometimientos y desplazamientos forzados.
Una lucha anticapitalista que cuestiona jerarquías y formas de organización convencionales, para crear su propia autonomía. La lucha por la dignidad se fue llenando de sentidos, utopías, Caracoles y Juntas de Buen Gobierno. En ese andar y desandar, se han ido replanteando cada paso y si es necesario desarmar el hilado, se crean nuevas estrategias. Así lo exige el contexto actual, en que la violencia del crimen organizado, el tráfico de personas y de drogas, el extractivismo y la depredación territorial por parte de la minería, el saqueo del agua, el despojo territorial por la usurpación de “recursos naturales”, se suman a las ya conocidas amenazas que históricamente ha enfrentado el EZLN.
Durante 4 días, estuvimos en el Caracol VIII Dolores Hidalgo, conociendo y compartiendo sus luchas, su amor por la vida. Lxs Zapatistas recitaron poesías, canciones, presentaron obras de teatro, realizaron talleres, bailes. Durante 4 días nos alimentaron y nos alojaron. Una generosidad inmensa que nos permitió andar por territorio liberado.
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