Esquirla [Cuento]

A lxs cercanxs de Francisco Martínez.

“Cuando me muera quiero que también quede la cagá, que la gente no supere mi muerte, que lloren, que marchen, que vayan a pedir respuestas a La Moneda”.

Ciudad Satélite

Paola Molina

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Acribillar: del lat. cribellāre ‘cribar’. Hacer muchas heridas o picaduras a una persona o a un animal.

El semáforo cambió de color.

Justo antes de cruzar la calle de la rotonda central, escuché un estruendo y sentí una fuerte punzada en el abdomen. Los pájaros volaron. Algo me había golpeado. Con los dedos hurgué rápidamente en la hendidura, pero no había sangre. De mi chaleco, con el movimiento de mis dedos indagando, se desprendió un pequeño trozo de metal. No me habían disparado, pero la bala había impactado cerca y un fragmento de la superficie contra la que se estrelló me había alcanzado. Me levanté la ropa y vi una aureola morada en mi vientre que se convirtió rápidamente en un círculo negro como un lunar. Lo tanteé y me dolió.

Al primer disparo lo siguieron inmediatamente otros cuatro. Entre el segundo y el tercero atiné a arrojarme de rodillas al piso, con la frente contra el suelo y los brazos sobre mi cabeza. Todo el mundo corrió hacia cualquier parte, estaba lleno como en pleno día de verano. Se oían gritos y bocinazos. No me atreví a levantar la cabeza. Había alcanzado a ver un cuerpo desplomarse abatido en medio de la calle.