Pasado un mes del fallecimiento del Premio Nacional de Artes Plásticas 2007, convocamos a quienes quisieran escribir un pensamiento, una idea, un sentir, sobre su figura y legado. Les compartimos algunos textos que llegaron, pero el buzón de la memoria sigue abierto por si quieres sumar otro mensaje.
Guillermo Núñez realizó estudios de Teatro, y luego en la Escuela de Bellas Artes. Desde esta primera vereda deviene el universo creativo del diseño escénico para teatro, ópera y ballet; y del segundo, su prolífera carrera de artista visual, disciplina desde la que perteneció al Grupo de Estudiantes Plásticos.
Dirigió el Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile desde 1971. Luego, en 1974, fue detenido por servicios de inteligencia de la dictadura militar, tras lo cual partió al exilio a Francia. Esta experencia trasciende y atraviesa su obra visual.
[Estas hermosas fotografías son de Felipe Poga, del equipo de Prensa de la Universidad de Chile].
Valentina San Juan, diseñadora Escénica y docente de la Universidad de Chile
33 VECES GUILLERMO
Extraño se me hace hablar de Guillermo sin Guillermo. Aún estoy habitando el silencio que queda tras la muerte. Buscando perspectiva, para honrar su existencia de manera sincera y no llenar la belleza del vacío con palabras que no sean capaces de corresponderle, estoy en espera hasta que pueda hablar la obra de Guillermo. Todo lo que se de Guillermo lo sé porque lo escuché de Guillermo, y lo que no, es porque me lo dijo la obra de Guillermo. Así como aprendí de Guillermo que realmente nunca hay equivocación, también aprendí que solo deberíamos tener espacio para crear verdad, aunque el horror de la verdad tenga un costo.
7 años de Guillermo, con la palabra Cura rondándome sistemáticamente, ¿cómo curar tu obra Guillermo?, ¿Cura?, ¿tu obra necesitaba una Cura? Guillermo, ¿dónde está entonces la fisura?, ¿por dónde fuga la salud de la memoria de tu propia obra?
Existe un Primer Guillermo fundacional, que dedicó su creación al rito sobre el escenario. Guillermo fue diseñador teatral hasta que dejó de sentirse un Guillermo Verdadero consigo mismo. Sus inquietudes crecieron, se desbordaron y entraron en conflicto con el rol del director. Guillermo dejó atrás su obra teatral para crear infinitamente en las Artes visuales, produciéndose así la fisura con el Primer Guillermo para dar paso a otro nuevo Guillermo.
En la última década de la vida de Guillermo, seguramente cuando los extremos del círculo comienzan a aproximarse antes de cerrarse, irrumpe el hallazgo de las primeras creaciones teatrales de Guillermo al interior de la ex sastrería del Teatro Nacional Chileno. Esta es una obra textil exquisita, desconocida para la mayoría del público. Estos son vestuarios Teatrales para algunos, esculturas textiles para mí, Patrimonio Escénico para el país que queremos.
Desde la obra textil de Guillermo, que es materia, entablamos un puente de comunicación con Guillermo, su obra me dio una puerta de acceso a los procesos creativos de Guillermo, para navegar al interior de la cabeza de Guillermo y acercarme a su práctica expandida y forma expansiva de habitar el mundo. Entendí que existe un solo creador que es el mismo Guillermo haciendo reverberancia con su contexto; él alimenta su inquietud de creación generando materia para responderse. Guillermo lo hace en distintos soportes tomando la forma de un creador fractal, que no piensa de manera separada para teatro, artes visuales, o artes gráficas.
Los libros de Arte mexicano, que estudió Guillermo en solitario en la Biblioteca de la UMPRUM en Praga (1959 – 1961) y las grecas que observo ahí Guillermo. Como escenas, fueron trazos en sus cuadernos, luego cuerpos, púas, después pájaros de alas gigantes. Para cuando regresó Guillermo a Chile en 1962, volcó este imaginario en el diseño de vestuario para la obra teatral El perro del hortelano, dando paso a un vestuario rupturista que problematizó el espacio, el cuerpo en escena, el volumen y reconfiguró la relación entre ellos, luego lo hizo en 1969 con el vestuario corpóreo del montaje teatral El evangelio según san Jaime.
Para la puesta en valor de la obra textil de Guillermo fue creando un archivo de materia. Conformado ahí la primera colección de vestuario escénico Patrimonial que pudiera articular el lenguaje autoral de Guillermo. El vestuario escénico se constituyó como objeto de estudio y sujeto de resguardo, reconociéndolo como testigo histórico de nuestro contexto social país. Los vestuarios de Guillermo fueron estudiados en su dimensión de documento para articular la pieza textil con su memoria y territorio de creación. De esta forma hacer Cura en el espacio de fisura, reencontrando a Guillermo con la creación Teatral de su Primer Guillermo.
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Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo
Guillermo Nuñez es un creador vital e imprescindible cuya muerte nos conmueve pero que deja un legado fundamental. A sus dibujos y pinturas se suman sus libros. En uno de ellos escribió: “La crueldad, la maldad, la perversión,/la ruindad, el egoísmo, la mezquindad,/del género humano,/su insolencia, su vileza, su arrogancia,/ha impedido la existencia de Dios”.
Son las certezas y a la vez las incertidumbres las que cruzan algunas obras recogidas en tanto libro de autor que, como otros trabajos de Guillermo Núñez, rinde tributo a un formato que desde su infancia despertó su fascinación. Hoy despedimos a un grande, pero nos queda su valioso legado de artista comprometido con su tiempo.
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Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno
El teatro es un espacio que se caracteriza por su carácter público y normalmente nos toca observarlo cuando ocupa el centro de la escena, lleno de personas y personajes. Pero siempre llega el momento en que el espacio se vacía y vuelve nuevamente a ser la casa que habitamos cotidianamente como obreros, desarrollando la cara invisible de lo que hacemos. En la intimidad del ensayo, en los espacios reflexivos e invernales que se encuentran en los intersticios y recovecos, en oficinas, pasillos ocultos y bodegas vedadas a lo público.
Pero en esos lugares tan cargados de historia como es la Sala Antonio Varas del Teatro Nacional Chileno, no estamos solos: es posible escuchar el susurro de los antiguos, aquellas y aquellos que han estado allí, soñando, inventando, construyendo un imaginario, su belleza sigue pulsando por allí, no se han ido. Los fantasmas buenos que nos siguen a todas partes, que son presencia y presente, consuelo y compañía constantes.
En estos días Guillermo Núñez ha pasado a formar parte de aquel grupo que nos acompaña cotidianamente, riéndose de nuestros chistes malos, acompañándonos en las extensas horas de camarín, las esperas y las tardes frenéticas.
Pero a diferencia de los otros espíritus, el trabajo de Guillermo está presente con su materialidad, las fotografías de las obras en donde diseñó, las escenografías que boceteó y los objetos y vestuarios que realizó, están materialmente en el teatro, son ineludibles.
Su mirada aguda, su capacidad de transformación y flexibilidad se siente y se respira, está en cada uno de los rincones, de las maderas que sustentan los cimientos del edificio, pero sobre todo está en el gesto y la mirada de las compañeras y compañeros de oficio y con quienes seguimos empujando esta inmensa obra de teatro, obra en la que no estamos solos, ya que espíritus y miradas como la de Guillermo Núñez, nos observan y nos alientan, empujando lo que viene como una señal luminosa que nos dice: Usted está aquí, usted no está solo.
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Equipo Editorial LRC