Tras una itinerancia que incluyó el Museo Regional de Iquique, la instalación Sarita Rodríguez, “La moda en llamas” llegó al espacio Instituto Tele Arte (Serrano 686, Santiago), donde se mantendrá hasta el domingo 15 de septiembre. La muestra, elaborada por Paula Contreras y Erick Labra, ficciona ser una tienda de moda en el espacio museal con el objetivo de registrar, compartir y advertir los impactos socio-ambientales del sistema de la moda en Alto Hospicio. “La utilización de ropa extraída de vertederos y tratados como un archivo arqueológico es una metáfora poderosa del ciclo de vida de los objetos de moda que acá estamos retratando», dice Paula en esta conversación.
A través de la frontera portuaria de Iquique, entran al año más de 60 mil toneladas de ropa proveniente de Europa, Norteamérica y Asia. Este mercado no cuenta con una regularización respecto al trayecto que sigue la ropa luego de entrar a Chile. Se estima que sólo el 30% logra ser comercializada, mientras que el 70% restante termina arrojado a la basura, especialmente en la zona norte del país. Y es aquí donde entra el proyecto artístico “Sarita Rodríguez”, integrado por Paula Contreras y Erick Labra.
“Sarita Rodríguez” o “SR” se presenta como una instalación que ficciona ser una tienda de moda en el espacio museal cuyo objetivo es registrar, compartir y advertir los impactos socio-ambientales del sistema de la moda en Alto Hospicio, Iquique, exhibiendo y testificando esta problemática desde una experiencia inmersiva y lúdica, e invitando a cuestionar las formas en que nos relacionamos con la ropa y sus prendas.
La instalación de “SR” ha itinerado en distintos espacios. Durante el año 2022 fue parte de una residencia en Espacio 218, donde se pudo visualizar como un primer acercamiento desde una perspectiva mucho más glamorosa y en torno a la moda; sin el planteamiento explícito de que existe una depredación del sistema medio ambiental sino más bien con una visión de la alta moda visto desde la popular Latinoamérica. Una residencia que buscaba plantearse esta idea de ser tienda de moda dentro del espacio museal.
Durante el pasado verano, estuvo instalada en el Museo Regional de Iquique, y Paula Contreras, integrante de la dupla tras “Sarita Rodríguez”, cuenta que esta experiencia fue “como una forma de tomar esta problemática desde un lugar creativo y llevar esta discusión a cualquier parte”. “No es la idea emitir un juicio de valor sobre quiénes son los buenos y los malos, sino más bien sobre que esto está pasando y tiene que ver con todos, de una u otra manera. No buscamos entregar tantas respuestas más que las certezas de poder evidenciar que esto no está bien y qué hace cada uno con esto. Y para ello era necesario que SR estuviera en un espacio como el Museo Regional de Iquique, en el norte mismo” , dice.
Luego, una parte de la obra cruzó el océano y viajó a Londres a la ArtSect Gallery en el marco de la Fashion Revolution Week, contexto sumamente atingente y relevante para el proyecto SR. Ahora, en la actualidad, se exhibe en el espacio “Instituto Tele Arte” de barrio San Diego (Serrano 686), donde se mantendrá hasta el próximo domingo 15 de septiembre.
“La muestra tiene por objetivo general evidenciar los impactos socioambientales del sistema de la moda, específicamente en el sector de Alto Hospicio, ya que en dicho territorio se ubica el vertedero de ropa más grande del mundo. Para su desarrollo, el hilo conductor vuelve a ser el lenguaje y sistema de signos de la moda, canal que se utiliza para exponer sus propios estragos en dicho territorio y comunidad”, cuenta Paula.
En “Sarita Rodríguez”, la instalación parece estar diseñada para cuestionar el sistema de moda desde una perspectiva crítica, enfocándose en el impacto ambiental y social de la industria. El contraste entre la alta moda y la realidad del vertedero de Alto Hospicio crea un comentario visual y conceptual potente. Sin embargo, la instalación no solo evidencia el problema, sino que también abre un espacio de reflexión profunda sobre nuestros hábitos de consumo.
“La utilización de ropa extraída de vertederos y tratados como un archivo arqueológico es una metáfora poderosa del ciclo de vida de los objetos de moda que acá estamos retratando. La idea de tratar estas prendas como restos atemporales es interesante y ofrece una crítica al consumismo. La transformación de algunas de estas piezas trabajadas con resinas epoxi en un contexto museal, es una estrategia que refleja la ironía y el diálogo entre moda y desecho. No obstante, es fundamental que la instalación mantenga un equilibrio entre la estética y el mensaje crítico para evitar que la reinterpretación del vestuario diluya el impacto social deseado”, afirma.
Cabe sumar que la instalación es acompañada de una pieza audiovisual estilo “El Fashion Film” y un visor de realidad virtual (VR) que nos sitúa en pleno vertedero nortino, herramientas que logran profundizar la experiencia de la instalación. «Estos medios ayudan a los visitantes a sumergirse en el entorno y entender la magnitud del problema”, explica Paula al respecto. “Es importante que estas tecnologías no solo sirvan como una capa adicional de la experiencia, sino que realmente enriquezcan la comprensión del mensaje central de la obra. Por ejemplo el VR nació en Londres, en donde era la manera más fácil de situar a otros y de entender qué es este vertedero de alrededor de 300 hectáreas en el desierto, utilizados como micro basurales que posteriormente son quemados con el propósito de hacer ‘desaparecer’ esta problemática ambiental”.
Socióloga de profesión, Paula explica que el proyecto tiene un cariz asociado a esa visión y qu se ha ido nutriendo de la respuesta del público. El eslogan de la instalación, “La moda en en llamas”, surgió, de hecho, en las actividades de mediación realizadas en colegios, lo cual “indica una efectividad en la comunicación del mensaje”. “No obstante, es importante que la instalación continúe fomentando un diálogo continuo y reflexivo sobre el consumo y la sostenibilidad, más allá de la exposición temporal”, concluye.
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