Fotografía: Esteban Paredes Drake
La compañía de Teatro de este plantel fue un emblema de la zona centro sur entre 1945 y 1973. En marzo de 2024, la universidad le dio la bienvenida a 47 estudiantes que conforman la primera generación de Teatro en la historia de la casa de estudios. “Esta es una oportunidad de descentralizar el desarrollo de las artes”, dice la profesora Patricia Henríquez, quien coordinó la apertura de la carrera.
Lo que ocurrió este 4 de marzo en la Universidad de Concepción tuvo relación, en cierta forma, con lo que pasó en 1945 en la misma casa de estudios, cuando la compañía Teatro de la Universidad de Concepción (TUC) estrenó ‘La Zapatera Prodigiosa’ de Federico García Lorca. Con ese estreno, se inauguró una tradición teatral brutalmente interrumpida en 1973, con la violencia de la dictadura. Lo que ocurrió este 4 de marzo de la U. de Concepción fue lo siguiente: 47 estudiantes, seleccionados entre 130 postulantes, se convirtieron en la primera cohorte de la recién inaugurada carrera de Teatro.
“La última carrera que se abrió en la U. de Concepción fue hace 20 años atrás, a principios del 2000. Es bien interesante que la Universidad tome una decisión de esta naturaleza después de 20 años, pero también cuando se conmemoraron 50 años del golpe de Estado, que fue cuando se cercenó un desarrollo que acá estaba floreciente en el ámbito de las artes escénicas”, cuenta Patricia Henríquez, directora del Departamento de Español de la Facultad de Humanidades y Arte y coordinadora del Comité de Apertura, actualmente Consejo de la Carrera de Teatro UdeC.
Pese a que la dictadura cerró el Teatro de la UdeC, no exterminó ese germen asociado al teatro. Cerró el edificio, terminó el elenco, pero la actividad teatral no desapareció. En los años ‘80 se inauguraron los estudios teatrales en investigación, tesis de pregrado, de magíster y de doctorado, trabajo iniciado por la académica Marta Contreras. “Luego ha sido, como siempre ocurre en la academia, un proceso donde hay formación disciplinaria. Yo me formé con la profesora Contreras y después me tocó liderar el proceso siguiente: mantener vivos los estudios teatrales en la UdeC, mantener las actividades de investigación, de vinculación, de creación… Es lo que he estado haciendo durante los 20 años que llevo en la Universidad”, recuerda.
La UdeC impulsaba seminarios, conversatorios y actividades en torno al teatro, y la pregunta siempre aparecía, casi naturalmente: ¿Cuándo la Universidad de Concepción va a abrir una Escuela de Teatro? ¿Cuándo la Universidad de Concepción se va a hacer cargo de su tradición? “Era complejo, pero el tema rondaba, rondaba, rondaba, hasta que un buen día tomamos la decisión, que a su vez pudo ser tomada porque tuvimos el apoyo de la institución: tuvimos una administración universitaria que estaba interesada en fortalecer las artes”, cuenta.
La carrera de Teatro UdeC depende del Departamento de Español de la Facultad de Humanidades y Arte. El primer día de clases, el Rector de la U. de Concepción, Carlos Saavedra, reconoció lo que calificó como un momento histórico: “Lo que hace esta generación es que crea nuevas fronteras en el quehacer de la Universidad y rompe los límites tradicionales del quehacer universitario en cuanto a formación”, destacó.
Hasta las aulas llegaron 47 estudiantes de diferentes lugares del país, pero sobre todo de la zona centro sur: del mismo Concepción, de Los Ángeles, de Chillán, de Arauco, de Coronel, incluso de Chiloé.
“La carrera viene a satisfacer una necesidad en el sur de Chile. De Valparaíso al sur, todo aquel que quería estudiar teatro tenía que irse allí o a Santiago. Esta es una oportunidad de descentralizar el desarrollo de las artes. Nuestra propuesta se instala en nuestro desarrollo en esta zona, que es una zona de frontera con el Biobío y con las culturas indígenas. Tenemos una impronta de esa naturaleza que es muy relevante y yo creo que la seriedad del trabajo que realizamos fue lo suficientemente elocuente para los estudiantes que llegaron”, cuenta Henríquez.
Su experiencia haciendo clases a la nueva generación ha sido emocionante. “Hace mucho tiempo que yo no veía un grupo tan entusiasmado en su inicio de vida universitaria como las y los estudiantes de teatro. Creo que así como nosotros estamos comprometidos con el desarrollo de la carrera, también hay un compromiso genuino de parte de ellos. Eso es tremendamente favorable y muy hermoso”, dice.
Del grupo, hay quienes entraron por admisión especial y tienen carreras de larga data en el teatro, así como hay jóvenes que acaban de terminar su enseñanza media. “Es un grupo humano muy heterogéneo. Tenemos personas de distintas ciudades, algunos tienen cerca de 60 años y hay otros que vienen recién saliendo del colegio. Esa reunión de personas es tremendamente buena. Creo que definitivamente, si pensamos en dar respuesta a una necesidad de desarrollo de las artes a nivel regional y del país, definitivamente eso se evidencia con la presencia de estos estudiantes”, afirma.
Alrededor del TUC orbitaron figuras que en su momentos eran incipientes artistas: el pintor Julio Escámez, que diseñó la escenografía de una de las primeras obras de teatro que montó la compañía a inicios de los ‘50; los escritores Gonzalo Rojas y Nicanor Parra; los dramaturgos surgidos del grupo como José Chesta y Roberto Navarrete; los directores Gustavo Meza, Blanca García y Pedro de la Barra; y grandes miembros del elenco, como lo fueron Brisolia Herrera, Mireya Mora, Inés Fierro, Delfina Guzmán, Jaime Vadell y Luis Alarcón.
Para quienes se encargan de impartir las clases a la primera generación, el trabajo se siente como tomar una posta simbólica que proviene de la tradición teatral asociada a la UdeC. “Yo vengo de Santiago y sabemos obviamente sobre el TUC”, explicó Sebastián Chandía Chiappe, actor profesional y Magíster en Artes Mediales de la Universidad de Chile, que se integró al cuerpo académico para dictar los cursos Prácticas de actuación, Cuerpo y movimiento y Teatro clásico y moderno. “Quizás lo más importante es poder seguir con los lineamientos que ese grupo de personas pensaba en el momento de querer generar esta carrera”, agregó en conversación con su casa de estudios.
“Ellos sembraron una semilla y de alguna manera, si bien en la dictadura de Pinochet en este país se cerró la puerta de teatro, que hoy esté la reapertura tiene que ver también con esa disputa, con esa pelea que han dado esos teatreros y esas teatreras acá en la ciudad de Concepción y a su vez también en la comunidad teatral de acá de la ciudad que ha mantenido también el trabajo teatral”, dijo por su parte la académica Dra. Miriam Álvarez, ex directora de Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Nacional de Río Negro Sede Andina, Argentina, y actual docente de los cursos de Práctica de Actuación y Cuerpo y Movimiento de Teatro UdeC.
La aspiración, dice la profesora Henríquez, es que la nueva Escuela de Teatro permita fortalecer el ecosistema artístico de la ciudad y de toda la región. “Lo vamos a hacer con los que están, con los que se quedaron en todo este tiempo, con lo que nos legaron aquellos que nos pasan este regalo precioso que es el trabajo teatral”, dice. “Siempre es un homenaje. Este trabajo, esta carrera, es una carrera que también se instala en su propia tradición y es un homenaje a esos años de trabajo contra viento y marea para llevar adelante un proyecto teatral”.
Perfil del autor/a: