El texto que nos comparte Patricia Rico León, investigadora que desde México indaga en los cruces entre literatura e historiografía, es una reelaboración de su ponencia presentada en julio en la 8ª Conferencia Anual de la Asociación de Estudios de la Memoria. Este es un fragmento de su texto original, publicado por Proyecto ARDE.
En este contexto escuchamos su lectura «geológica» sobre los sentidos del pasado-presente en las obras de Cristina Rivera Garza y Verónica Gerber; una propuesta elaborada en la trama del archivo, la tierra y la memoria.
Su texto dialoga con el de Karla Paola Cabrera, investigadora peruana a quien también las chicas de ARDE conocieron durante la conferencia y que publicamos en tu revista regalona.
En una de sus lúcidas analogías, Walter Benjamin llegó a afirmar que “quien quiera acercarse a lo que es su pasado sepultado tiene que comportarse como un hombre que excava”. El vínculo entre el trabajo de la memoria y el de remover y esparcir la tierra en busca de objetos se basaba, según él, en su compartida posibilidad de dar con materiales ocultos a simple vista, pero también en su potencial de conectar temporalidades múltiples: los buenos informes arqueológicos y los sondeos profundos de la memoria tendrían en común que “no indican tan solo aquellas capas de las que proceden los objetos hallados, sino, sobre todo, aquellas capas que antes fue preciso atravesar”. Y la analogía podría llevarse aún más lejos si, además de incluir la búsqueda arqueológica de objetos enterrados, se incluye la observación geológica interesada en la tierra misma. A fin de cuentas, tal como señala la escritora Cristina Rivera Garza, “la geología […] nos recuerda constantemente que somos tiempo”. Si no se dispone simplemente a la exaltación de un origen añorado, la remoción de escombros y residuos puede ayudar a identificar las múltiples capas que, sobrepuestas una sobre otra, constituyen un pasado que nunca se pierde, sino que se conserva en rocas paisajes, glaciares y ecosistemas varios”. O bien, en documentos, archivos y testimonios diversos.
Que tanto la tierra y los ecosistemas, como los documentos y los testimonios, pueden leerse como restos del pasado apilados en el presente parece ser una idea que atraviesa a un creciente número de obras literarias y artísticas.
Así lo deja ver, de hecho, la propia Cristina Rivera Garza en Autobiografía del algodón. Transitando y auscultando nada menos que los escombros y ruinas de un paisaje anteriormente propicio, en este libro Rivera Garza logra anudar la historia política y ambiental de la frontera norte de México con su propia genealogía y su propia autobiografía, a la vez que traza una constelación entre lo que en su momento fue “la tierra del algodón” y lo que “es ahora la tierra de la sangre y la tortura, la tierra de las fosas a cielo abierto, la tierra donde se siembran desaparecidos y se cosecha impunidad, desgracia, olvido”.
La alusión a procedimientos semejantes parece marcar como un sello muchas obras artísticas y literarias recientes. Y llama la atención que en varios casos la relación de la recolección archivística e intertextual con la tierra no solamente se haga patente en la temática de las obras, sino también en los conceptos que sus creadorxs han propuesto para abordar los procedimientos que les subyacen. Considérese, por ejemplo, lo que Verónica Gerber Bicecci ha llamado “escritura del compostaje”. Reciclando, entre otros conceptos, las nociones de “compost” de Donna Haraway, Jennifer Mae Hamilton y Astrida Neimanis, esta “artista visual que escribe” define las escrituras del compostaje como aquellas donde ocurre “una reescritura distinta de la apropiación” que, lejos de extraer silenciosa y nocivamente materiales e ideas preexistentes, los metaboliza críticamente, cuidando exponer siempre sus costuras.
Aunque esta definición de escrituras del compostaje es posterior, su sentido puede ejemplificarse con claridad en el proyecto La compañía, cuya primera parte fue presentada por Gerber Bicecci como una exposición en la Bienal FEMSA 2018 y posteriormente se publicó, junto con una segunda parte, como libro. Esta inclasificable obra recoge e interviene testimonios, restos materiales, investigaciones científicas y documentos de archivo que dan cuenta de la destrucción que las actividades mineras, y otros ciclos de explotación y toxicidad, han infligido, en San Felipe de Nuevo Mercurio, un pequeño pueblo ubicado en el estado de Zacatecas, en México. Los diversos materiales incluidos atañen a diferentes periodos y se encuentran profusamente referidos en un “Apéndice de fuentes” que, por un lado, permite constatar la travesía investigativa que los recogió y, por otro, evidencia los trastocamientos críticos y creativos a los que se sometieron al ser reconfigurados —compostados si se quiere— como obra y como libro.
Este trabajo de dislocación de tiempos y subversión de vestigios a través de una recomposición creativa puede hallarse en diversas obras artísticas y literarias recientes. Apelando a la relación entre la continua transformación de la tierra en cosechas, sedimentos y compostajes, y la continua alteración del archivo en omisiones, recomposiciones y erosiones, estas obras acuden a los restos para mostrar, como decía la propia Gerber Bicecci en Conjunto vacío, que “lo verdaderamente alucinante es que el pasado, al parecer, no desaparece, se queda ahí flotando en algún lugar y no deja de configurarse”.
Patricia Rico León
Patricia Georgina Rico León es maestra en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Barcelona. Sus intereses de investigación incluyen las escrituras autobiográficas, la teoría literaria y los cruces entre historiografía y literatura. Ha sido becaria del programa “Creación y Conocimiento hacia el Futuro” (AFPE, Conacyt-Finba) y de distintos proyectos sobre escrituras biográficas e historiografía coordinados por la Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha desempeñado como profesora de las materias de Biografía e historia y de Griego antiguo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (umsnh) y en la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia (ENES Morelia, UNAM). Actualmente colabora con la editorial Licántropo en labores de gestión, corrección y difusión, y es asistente editorial de la Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales (UDIR, UNAM).