Si bien este volumen se publicó el año 2024 en Argentina, será marzo del 2025 el mes donde oficialmente se presentará en Chile. Ciencia Ficción Travesti (Hekht ediciones) tendrá tres baby shower: el 22 de marzo en el Congreso Interdisciplinario sobre diversidad sexual y género; el 27 del mismo mes a las 18:00 hrs. en el congreso liminal en el Instituto Avanzado de Ideas de la Usach; y el 28 de marzo a las 15:00 hrs. en la Feria Cha.Co en el GAM. En esta entrevista, la escritora habla de la existencia trans-travesti y de este registro especulativo y emancipador.
Los textos de Claudia circulan usualmente en autoedición. Fue en pandemia que partimos en bici junto a mi amiga Dani a buscar un pack de textos que ella, tal como hoy, vende desde su cuenta de Instagram. Ese mismo contexto está retratado en este libro: la llegada de su perrita Marilyn, los cambios y muertes por la pandemia y más.
En esta oportunidad la materialidad de las publicaciones de Claudia cambia con Ciencia Ficción Travesti, editado por Hekht; un conjunto de relatos donde la escritora entra en un nuevo registro, o más bien, se sitúa en la ciencia ficción como espacio especulativo, de liberación y de justicia; en este caso, para los cuerpos desobedientes.
El libro -que cuenta con un prólogo de la escritora argentina Mariana Enriquez- será presentado en tres oportunidades en Santiago de Chile:
-El 22 de marzo a las 15:30 hrs. en el Congreso Interdisciplinario sobre diversidad sexual y género, en el Aula Magna de la Universidad Alberto Hurtado
-El 27 de marzo a las 18:00 hrs. como parte del Congreso Liminal en el Instituto Avanzado de Ideas de la Usach. La presentación estará a cargo de Diamela Eltit. (Román Díaz 89, Providencia).
-El 28 de marzo a las 15:00 hrs. en la Feria Cha.Co en el Centro Cultural Gabriela Mistral.
Antes de terminar de editar esta entrevista, reviso qué tenemos de Claudia en esta revista, cuya importancia, para mí, radica también en el archivo que estamos construyendo. Y me encuentro con una reseña que la académica y compañera María Emilia Tijoux hizo para la presentación de Dramas pobres (2016), uno de los libros de la escritora. Y por acá un poco más cerca en el calendario, su participación en el lanzamiento de la edición 7 de Catáloga Revista, el pasado 6 de junio del 2024, en el texto “Un collage feminista”, de la querida Gilda Luongo.
Ahora, la dulce voz de Claudia.

-Tu trabajo literario ha circulado principalmente en papel mediante auto edición. Hoy estas con este volumen que fue publicado en Argentina y con Cuerpos para odiar en España. ¿Cómo marca tu trayectoria esta circulación y el cambio material del libro como objeto?
Aun no lo sé. Habrá que esperar que pase el tiempo, porque no soy un best seller y la industria editorial tiene complejidades que no manejo. Para mi ciertamente es una experiencia nueva que no sé como evaluar. Pero lo seguro es que no me volveré millonaria.
-El libro inicia con una pequeña editorial sobre la denominada «ciencia ficción travesti». ¿Cómo llegas a conceptualizarla?, ¿cómo se da este proceso de construirlo?
Tiene que ver con mi reflexión con el feminismo me exige dejar de ser víctima para esforzarme en ser una activista que proponga para las nuevas generaciones futuro y horizontes. Quiero proponer con tranquilidad y respeto quebrar nuestro destino, que las nuevas generaciones de personas travestis, trans y no binaries tomen mejores decisiones que las generaciones pasadas, que las que quieran poner atención escuchen este susurro de que podemos estar en el futuro mejor, más protegidas y tranquilas, sin verguenza, ni miedo de ser quienes somos.
Hoy mucho más que hace 5 o 10 años atrás, podemos reflexionar sobre nuestras vidas, nuestras creencias y cambiarlas para que cambien nuestras vidas y quebrar nuestro destino.
El susurro feminista que tengo es para motivar que podemos dejar de pensar de a poco que la transformación del cuerpo es la única forma de alcanzar derechos; pensar en otras razones, ideas o conocimientos como la ciencia, las matemáticas o la filosofía, conocimientos a los cuales nunca antes tuvimos acceso, nos podrían ser útiles para pensar en una existencia travesti que se acerque a la posibilidad de trascender.
A las travestis nunca nadie nos dijo que podríamos ser existencias con la posibilidad de trascender, ¿por qué no pensarlo?
-Tu obra es eminentemente autobiográfica. ¿Qué implica para ti «ponerte» en la narración, representarte desde la escritura?
No podría ser de otra forma, creo yo, dada la historia de Chile, colonial, patriarcal, misógina y sobre todo con su moral cristiana. Ni siquiera la misma comunidad travesti sabía que podía existir de otra forma, reconocida en la historia o la escritura. En este contexto era necesario ponerse en primera línea y abrirse, exponerse para explicar qué es lo que hay dentro.
-Desde el registro de esta ciencia ficción aproximas el feminismo a las travestis. ¿Qué particularidades tiene este acercamiento desde este género?
Desde la necesidad de dejar de ser víctima de la vida y ser propositiva. Apostar por la esperanza de que aún tenemos oportunidad de proteger la vida y la tierra. De que las travestis podemos quebrar nuestro destino y crear otro propio desde otra lógica, otro marco teórico, sin las ansias patriarcales de ganar a toda costa para ocuparnos por trascender, por ejemplo.
-También desde este mismo género de la ciencia ficción, algunos cuentos dan luces de «justicia» o reparación a los finales de las historias. ¿Es la literatura un lugar para hacer justicia?
En este momento, para mi sí. Todo esto de tener voz, comunicar, acceder a conocimientos, reflexionar, escribir ha ido provocando que más y más travestis se sientan reconocidas, sienten que son parte del mundo, como nunca y eso es justicia. Una justicia que repara y sana.
-En toda tu producción literaria, así como performática y activista, el cuerpo es el lugar de enunciación. En este caso, con la ciencia ficción, se tensiona aún más esta misma corporalidad. En el prólogo, Mariana Enríquez habla de este match desde la idea de los «cuerpos desobedientes”. ¿Cómo se posiciona para ti el cuerpo en este género literario?
En este libro de ciencia ficción travesti toco delicadamente mi reflexión a mis 56 años sobre el cuerpo travesti. Creo que cuando Loana Berkin dice que la biología no puede ser un destino, entiendo que el cuerpo se puede intervenir, las travestis nos hemos hormonado, siliconado y transformado, pero corriendo muchos riesgos de salud y vida; entonces también creo que las nuevas generaciones merecen correr menos riesgos y peligros para tener el cuerpo que se sueña. Merecemos una vida sin necrosis, ni amputaciones.
En este momento, siendo una sobrevivienta, creo fervientemente que un poto gordo o grandes tetas sean lo que me definan o que sean las principales características de mi ser. Pienso, no quiero hacerme dueña de la verdad, pero la juventud y la salud no duran para siempre. Las travestis también envejecemos, nos enfermamos y quedamos solas porque no nos dimos cuenta que son las redes amorosas las que nos facilitarán una muerte digna. No pensamos en eso.
-El texto comienza con un agradecimiento a algunas personas por el acercamiento a la memoria y al pensamiento filosófico travesti. ¿Cómo lo describirías esto último?
Han sido estas pares, estas travestis mayores como yo con las que he podido conversar sobre todos estos temas: el pasado de la juventud, los años, las enfermedades, la soledad; todas las conversaciones que debimos tener abiertamente antes, sin competencia, sin ansias de triunfar a toda costa, cuando nos creíamos dueñas del mundo, del futuro. Tener estas conversaciones es un lujo que nos tranquilizan y nos repara, y casi llegamos a hablar del futuro, de soñar en el futuro incluso hablar de ciencia ficción y trascender.

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