Proyecto de Comunicación <<Espacio Abierto>> de Perú: «Nuestra gráfica son pequeños recordatorios de nuestros sueños y deseos»
El proyecto de comunicación gráfica “Espacio Abierto” comenzó hace 12 años atrás en Perú como un “escape” a las lógicas convencionales del desarrollo artístico académico. Sus creadorxs Romaría (Rm) quien nació en Cajamarca en el norte del Perú y Martín (M) quien es de Breña, un barrio popular de Lima, estaban en la búsqueda de un desarrollo artístico comunitario y antiextractivista que pudiera dar cuenta de las luchas que se sostienen en diferentes territorios de Perú y de Latinoamérica, junto con denunciar las violencias de los gobiernos de turno.
En esta década, su trabajo se ha diversificado, pasando por la gráfica digital, el mural comunitario, la propaganda callejera en contexto de movilizaciones y el grabado. Durante una semana estuvimos compartiendo, conociendo su trabajo y las redes que los están conformando en su vida actual que se desarrolla en el Cuzco.
Entre huacas y cielos rodeados de cometas, reímos, cantamos y seguimos soñando otras posibilidades de hacer un mundo más digno y más justo. A continuación van un puñado de reflexiones de esos días huancainos, chilcayanos y warientos.

Gráfica Popular Cuzqueña
Después de estar durante una década en Lima, y también itininerando en diferentes regiones de Perú, deciden venirse a vivir al Cuzco, y ahora tienen su espacio de trabajo y una vida armada acá, ¿A qué búsqueda responde y con qué se han encontrado? ¿Qué han ido aprendiendo desde lo gráfico, lo estético? ¿Cómo se ha ido desarrollando su propuesta a partir de estas influencias?
Rm: Sí, nosotros ya llevábamos varios años como entre que veníamos, nos quedábamos una temporadita y justo antes de la pandemia, decidimos venir y, bueno, pasó la pandemia y tuvimos que regresar a Lima por temas familiares. Pero una de las cosas que, a mí me llamaba mucho la atención y me motivó a moverme aquí, era esta conexión fuerte con el tema de la tierra, pero también con las luchas que se están dando, eso sí me gustaba bastante. Antes de la pandemia, se activaba en la Plaza de Armas, un espacio que se llama El Muro, que era una pared, donde la gente iba a poner sus afiches, se armaban exposiciones, debates, entonces, siempre se sintió que no estaba como Lima, modo sobrevivencia dándole la espalda a todo lo que pasaba en el resto del país. Entonces, eso era algo que me motivaba bastante, porque sentía que a nivel de movimiento político, a nivel de repensarnos, aquí era fuerte en todo momento.
También por la cultura viva, latente. También a veces, el ritual se puede confundir un poco de forma turística para la gente de afuera, pero, una de nuestras intenciones es que nuestros espacios sigan siendo con harto contacto de gente local.
Entonces, creo que esas son las dos cosas que más me motivaban a estar por acá. Por la tranquilidad que te brinda estar en un lugar que no es una capital, pero al mismo tiempo, a nivel de nuestro trabajo, nos da también la posibilidad de tener un espacio de venta y todo eso.
M: Hay más accesibilidad, porque el sur históricamente siempre ha sido rebelde. Entonces, por ahí empatamos súper bien con lo que hacemos y con lo que creemos, a pesar de que es una ciudad muy turística, igual, siempre hay resistencias. Acá ha habido muchas luchas importantes, entonces estaba bien bacán venir a vivir acá.
Era un sueño, un anhelo, porque igual Lima es una ciudad súper racista y xenófoba. Sobre todo por el tema racial, y también Lima vota siempre a la derecha. Como dice Rosa hay una desconexión fuerte, entonces, era jodido. Además nuestra producción gráfica siempre ha tenido que ver con la defensa de la tierra. Entonces, era como, ¿qué hacemos acá? ¿Nos movemos? Y también por una cuestión económica. O sea, vivir en Lima es casi imposible, alquilar una casa o un espacio pequeño es muy caro, o tienes que irte muy lejos de la zona más céntrica. Entonces, por ahí también, económicamente, nos dimos cuenta que sí nos convenía venirnos acá, pues, a pesar que ha subido todo, igual sigue siendo más rentable, más accesible. Por ahí todo confluye para que estemos acá. Como dice Rosa, lo que intentamos ahora pues, es comenzar a hacer lo de antes, pero acá, dentro del barrio, porque vivimos en un barrio. Entonces, ahí estamos viendo, planeando cómo lo vamos a hacer.

El grabado como arte popular
Ustedes definen que su producción gráfica va de la mano con la defensa de la madre tierra, ¿cómo dirían que han ido subvirtiendo eso que tal vez aprendieron en el espacio académico? ¿Qué formas de resistencia identifican en su trabajo o en su propuesta? Digo, lo hemos conversado, tipo, la no firma o la no numeración. En general, hay una estética bien higienista o impoluta en lo artístico académico, ¿cómo lo han ido problematizando desde su quehacer?
Rm: Sí, hemos roto ahí como con varias cosas que desde lo académico era lo lógico, lo esperado, porque también una de nuestras reflexiones es: si estamos haciendo imágenes que representan ciertas voces, ¿cómo hacemos para que lleguen a esas personas que estamos representando? Por ahí hemos quitado la numeración, que es algo súper importante, que es lo que le da, posiblemente, el valor al grabado.
M: Yo creo que también con el color, o sea el grabado clásico tiene que ver mucho con el tema de buscar con un solo color, o el negro, el degradé de color y es donde metemos primero color y texto, que es algo muy muy loco, porque mucha gente en Bellas Artes, te dicen “No le metas texto”, porque la obra, la imagen habla más, y está bien, es una forma también de hacer arte, con la que no estoy en desacuerdo, pero para nosotros era importante poner textos, porque recogíamos los textos de lo que habíamos escuchado y vivido, en las marchas o en algunos lugares donde nos decían frases que nos resonaban mucho, y por ello consideramos importante poner texto.
Igual siempre nos hacen la crítica de que dejemos de poner texto para que sea la misma gente quien analice, lo que están viendo, porque si tú pones un texto, supuestamente, lo direccionas, pero nosotros creemos que, poniendo un texto, la imagen resuena más en ti. Como decía la Rosi sobre el grabado, se trata de la vieja imprenta, de la reproducción de la que tú haces copias, o sea, no creemos en la obra única, sino que creemos mucho en la reproducción.
Rm: Es castrante igual, porque las personas que han estudiado – artes en la universidad– al final han decidido simplemente no trabajar con la imagen, trabajan desde otras formas, porque hay un nivel de presión para acceder a ciertos lugares que validen tu arte, museos, galerías. Y sabemos que personas como nosotrxs que venimos de un espacio de formación nacional, pero que no tenemos esos contactos, esas redes, nos alejamos, al igual que un montón de gente, simplemente porque sentimos que nuestro arte para esos espacios institucionales no es validado.
Entonces, hay muchas personas que sienten que su arte no es bueno. Pero en verdad, sabemos cómo funciona todo ese sistema de las galerías del arte, que tienes que ser complaciente. Entonces, por eso para nosotrxs es bien importante encontrar estas formas en las que no necesariamente, o sea, utilizamos las herramientas, pero desde nuestra lógicas. El mural no es solo una cosa estética, sino que es un momento colectivo. Igual el grabado, que nos ha permitido tener espacios para que otras personas logren encontrarse, porque planteamos todas estas herramientas, desde la posibilidad de que todos podemos crear desde que todos tenemos algo por decir. Entonces eso nos ha salvado un poco la verdad, porque tampoco es que quisiera estar en esos espacios tan institucionales.

Hacia una estética de la defensa de la madre tierra
En términos de contenido, ¿en qué se traduce la defensa de la madre tierra? ¿Qué con qué tipo de iconografía buscan trabajar? ¿Qué elementos buscan rescatar o qué buscan combinar? Considerando que va más de una década como proyecto, ¿Qué elementos han incorporado en su gráfica en la medida que también van viajando, aprendiendo y conociendo otros contextos?
M: De hecho hemos recogido mucha imagen de estas experiencias desde las comunidades, tanto campesinas como amazónicas, hemos recogido varios símbolos de los mismos pueblos. Entonces, por ahí hemos intentado hacerlo más gráfico. Yo sí digo que Espacio Abierto es una canasta de varias experiencias de otra gente que hemos visto. Y por ahí recogemos mucho el tema del “puquial”, que es un ojo de agua, lo hemos visto en vivo cómo nacen los grandes ríos desde las zonas más altas, en la montaña, y tal cual es un ojo, y por eso siempre hacemos la representación de un ojo y de ahí sale un río, o hacemos el corazón en llamas como un símbolo de vida.
También usamos semillas, usamos pallares moche, y también utilizamos la estética de la representación andina de la visión de la vida, el sol y la luna juntos. O sea, hemos recogido mucha imagen de lo que ya está hecho. Yo creo que, por más que yo no nací en esta parte andina, me siento muy parte de este lugar, porque creo que nos pertenece también como una herencia histórica, pues, desde la representación. Entonces, recogemos, igual, nos sumamos a otras luchas también, más latinoamericanas. O sea, me acuerdo que hemos hecho gráficas así de varias resistencias a nivel de la región, tomamos esos elementos y los colores también.
Rm: Sí, algo que hemos dialogado es la representación de la mujer en la gráfica. Un personaje activo, digamos, porque también nos pasaba bastante que en la representación de los murales de la lucha en Cajamarca, la mujer estaba siempre en un segundo plano, no como la persona que está tomando las riendas. Entonces, mucha de nuestra representación al final es de mujeres como personajes centrales, eso es algo que es bien particular, porque casi no tenemos imágenes de hombres.
Cuando tienes contacto con otra gente que está haciendo arte, vas viendo sus representaciones y dices “qué loco, ¿no?” Toda la historia del arte fue de cómo la mujer aparece en ciertas representaciones estéticas solo desde un ideal de belleza, y claro, de alguna u otra forma nuestra búsqueda empieza a buscar representarlas más bien como los personajes centrales. Entonces, sí, mucho de nuestra gráfica también tiene esa representación muy fuerte.

Claro, también creo, y esta es una visión mía desde afuera, que además de tomar los elementos que pueden ya existir, ustedes los recrean, en el sentido de que los rehacen, y en ese rehacer adquieren otro sentido, adquieren otra connotación, como por ejemplo un “Supay Ciclista” o una “Ekeka”. Eso desde mi perspectiva denota nuevos elementos, abre otras posibilidades de entender la imagen, porque ya no es la misma imagen que conocíamos convencionalmente.
Rm: Sí, ahí la “Ekeka”, es un buen ejemplo, porque primero, no es común que sea una mujer. Y también los elementos, porque normalmente, sería de abundancia, hacia los alimentos, hacia el dinero. Pero claro, nuestro camino, se ha trazado por otras cosas. Nuestra “Ekeka” tenía fanzines, tambores, otro tipo de riquezas, que son las que buscamos.
M: Verlos representados de otras formas tiene que ver con cómo nos hemos sentido en diferentes momentos. Recuerdo que hubo la marcha desde Centroamérica hacia Estados Unidos por el derecho a migrar y sale esa frase que dice “Migramos con nuestras raíces” y lo vimos y dijimos qué chévere, entonces hicimos este personaje que es una mujer andina en una bicicleta, que es algo que muy poco se ve y que en general no está representado. Eso fue chévere, como tú dices, es, y nos damos cuenta de que a veces hemos inventado unos personajes o lo hemos sacado de su contexto más tradicional, más folclorizado. En este nuevo contexto, adquiere otro sentido y eso es bacán y también hemos usado representaciones muy tradicionales como el mate burilao y lo hemos puesto en una fiesta, porque es otra forma de verlo, pues.
Rm: Claro, por ejemplo, este del mate burilado, me baso en el mate, y todos los músicos, por ejemplo, eran hombres. Entonces, en la gráfica que tenemos, lo hacemos variar entre hombres y mujeres. Entonces, es también jugar un poco con lo que ya existe, con este imaginario que es compartido, y darle un poco la vuelta desde lo que queremos decir. Para mí, mucha de la gráfica, los murales, los grabados, son pequeños recordatorios de lo que sueño o deseo. Si hablamos de huertos, por ejemplo, ahora mismo no tengo un huerto, pero es lo que anhelo. Entonces, también la gráfica, toda imagen, es un recordatorio de cuál es nuestro camino, nuestra ruta.

Movilizaciones en Perú
¿Qué lectura hacen de las crisis de representatividad política que se han vivido en Perú, viéndolo desde espacios críticos al sistema, colectivos populares, espacios comunitarios?
M: Siento que hay mucho descontento desde el espacio alternativo. También más aún contra la política representativa. Hay mucho descontento, no sé, en Perú pasa mucho que la política se activa cada cinco años, antes del período de las elecciones, como ahorita, porque ya estamos en período, y, entonces la gente que tiene partido o trabaja en partidos, comienza a camuflarse dentro de los colectivos, eso pasó mucho. Justo antes de las elecciones de Pedro Castillo hubo también un gobierno ilegítimo de Merino –Manuel–, que también ahí fue el inicio de la aparición de la ultraderecha peruana y hubo un movimiento chévere, porque igual era pandemia, pero salimos con carteles, con afiches, fuimos a hacer serigrafía en vivo con unos amigos, en algunos colectivos, como que fue un momento de otra vez activar juntxs.
Varios colectivos aparecieron de nuevo, nos encontramos en la calle, era chévere, pero igual, fue muy rápido, y ya con la aparición de Castillo, igual se comenzaron a articular pequeñas cosas. Y otra vez hubo mucha esperanza, con un gobierno que no era netamente de izquierda, porque era una coalición, pero era un gobierno más popular y se pensó que iba a ser mucho más a favor de la gente, pero lamentablemente, no fue así.
Al menos la gente que trabaja en cultura, siempre es “la última rueda del coche” y hubo una utiización de la gente de los colectivos, porque existe la necesidad de cambiar este país, que siempre es así, pero no pasó. Luego se supieron los temas de corrupción, más el avance de la violencia de la ultraderecha peruana, que tú haces cualquier cosa y ya te califican de terruco, –terrorista– ahora hay leyes que están más fuertes, por eso la gente no se quiere arriesgar pues.
Rm: Sí, yo creo que con Merino hubo tanta represión y fue tan validada que, o sea, ya había miedo. Y además con todo el tema del centralismo es distinto salir a manifestarte en Lima, que manifestarte, no sé, pues, en el sur –del país–, por ejemplo, entonces, habían cuestiones de tortura, de gente con el con el temor de que, no sé, te desaparezcan.
Ese fue el antecedente para las revueltas que hubo con Dina –Boluarte–, y claro, ahí sí hubo como un montón de muertos y las manifestaciones más más grandes eran en el sur. Lima no se movilizó, no sé no hubo tanta movilización en contra de Dina, porque más bien como que había toda una campaña, para que se fuera Castillo. Entonces, cuando sí hubo una movilización fuerte acá en el sur, quedamos un poco afuera, pero teníamos amigos que estaban acá y realmente fue fuerte, o sea, ya incluso no había acceso, no sé, a alimentos.
Con todo el tema del turismo, estaba la gente que salía a manifestarse y la gente que tenía sus negocios, salía a insultar. Entonces sí, fue súper súper fuerte. Yo había olvidado un poco lo que pasó con Merino, y claro, tiene sentido el nivel de represión que hubo, porque se generó una validación de la violencia. Claro, y luego los siguientes congresos hasta la fecha, tienen mucha representación de militares o ex militares, entonces ellos mismos han hecho sus leyes e impunidad, Entonces sí pues, se ha validado un montón la violencia.



