A la manera de su autor –que tenía una forma natural de no ser expansivo–, los poemas acá presentados se mantienen en un radio lejano de la queja o la jactancia, donde no hay alardes. Aunque quizá no tenga sentido explicar el por qué un poeta escribe como lo hace, Watanabe vinculaba este carácter de su poesía a la “imperturbable serenidad” que había heredado de padre y madre.
Apuntes después del desastre
Costa acude a dibujar con los desperdicios un mapa posterior a la destrucción. Trata de hablar un lenguaje que sea acorde a dichos estragos.