Un sentir sobre “Retrato de una mujer que un día miró la luna y le pareció que era falsa” de Carla Zúñiga

El teatro es cruel en eso. El cine supo resolver esa maldad inventando un soporte material donde se puede reproducir una y otra vez la historia que cuenta. El teatro no se toma esa molestia, no le interesa esa consideración. Te lo da todo en una hora y media y después te despoja de todo cuanto ofreció.