/ por Paula Ureta y Daniela Machtig
Que enero es el mes del teatro es un cliché histórico, hediondo y políticamente incorrecto. Decimos histórico, pues lo arbitrario de la cita se enmarca justamente en los procesos socio-culturales del pasado reciente chileno. No nos hagamos los giles: enero es el mes de Santiago a Mil, y punto… y bueno, sólo de forma convencional, para occidente, ese lugar imaginario donde supuestamente habitamos, el primer mes del año.
A diferencia de lo que se intenta hacerle pensar a la gente, el teatro chileno no termina ni empieza con dicho festival. Es una falta de respeto para el teatro, para los actores e, incluso, para la tan manoseada memoria de Andrés Pérez, que se piense que desde 1994 el teatro chileno volvió a la vida… de la mano de Carmen Romero y Evelyn Campbell. También es pasar por encima del trabajo de los artistas que siguieron haciendo teatro en dictadura, a pesar del “silenciamiento cultural”. Y es, en última instancia, una afrenta también para los que, actualmente, pelean desde la otra trinchera; itinerando obras en poblaciones, montando a la gorra, haciendo festivales regionales, que nada tienen que agradecerle a la capital.
Aunque suene obvio, en el país del absurdo vale la aclaración: no solamente Enero se viste de fiesta. El país está constantemente en movimiento, y los festivales se organizan no solamente en enero, ni solamente en Santiago.
Esta vez les mostraremos que Santiago a Mil es sólo uno de los festivales que se presentaron durante este mes; los hubo en varias regiones del país y – sin contar con los grandilocuentes aportes con los que cuenta FITAM (la fundación a cargo) – ofrecieron funciones totalmente gratuitas.
Por temas de espacio y capacidad, sólo abordaremos tres festivales que se presentan en la escena teatral durante enero. Estos son; Festival Internacional de Teatro Zicosur de Antofagasta, Feria de las Artes del Maule y el Festival Escena Libre. Tres festivales que comparten la gratuidad de sus espectáculos, sin embargo, el aporte económico varía; desde el auspicio de una de las mineras más importantes del país, hasta la valiosa moneda de un espectador agradecido.
La siguiente recopilación se hizo gracias a la coordinación y gentil colaboración de los encargados de estos festivales, con la intención de difundir su trabajo y valorar el compromiso que mantienen numerosas compañías de teatro con el pueblo.
XVII Versión del Festival internacional de Teatro ZICOSUR
Del 9 al 15 de enero se realizó en Antofagasta y las comunas de Calama, Sierra Gorda, Mejillones, San Pedro de Atacama, Baquedano y Tocopilla. El Festival de Teatro Zicosur recibe más de 20 obras gratuitas provenientes de diversos países como Argentina, Bolivia, Paraguay, España, Perú y Chile.
La Región de Antofagasta junto a la agrupación artístico-cultural Pedro de La Barra son los encargados de gestionar este festival gratuito para los habitantes de la segunda región.
Con el fin de incitar y difundir el arte teatral, distintos espacios se despliegan para recibir los trabajos escénicos; el parque Croata se ha convertido en un lugar emblemático para recibir a casi mil personas con un teatro habilitado a orillas del mar.
También el clásico teatro Pedro de la Barra acoge gran parte de la cartelera del Festival, junto con el grandioso Teatro Municipal. Las calles antofagastinas también son parte de las intervenciones, invitando a la gente a interrumpir la rutina de la semana.
La idea es generar y consolidar el espacio artístico del extremo norte con otras regiones de nuestro país y el extranjero.
“Realizar un festival de teatro, es un acto de entrega, de trabajo estoico, desinteresado, con el único propósito de contribuir a la recreación sana de los habitantes y al desarrollo cultural de la Segunda Región. Una entrega de amor por el arte teatral”. (Ángel Lattus, director del Festival Zicosur).
X Versión de La Feria de las Artes Escénicas del Maule
La Compañía Teatropello y el Centro Cultural Al Margen invitó, entre el 8 y el 11 de enero, a la comunidad a presenciar obras teatrales, música, danza y fotografía de exponentes de la región, sumado a invitados de Santiago y Talagante.
Es el décimo año que el grupo teatral Teatropello hace gala de su habilidad por habilitar espacios públicos y en abandono en singulares espacios teatrales, para llevar a cabo su Festival veraniego.
Un galpón levantado a pulso es el encargado de recibir a las compañías provenientes de distintas latitudes. También se habilita un escenario improvisado en un pequeño sitio eriazo que colinda con el galpón. Todo esto situado en la Villa Los Nogales 3, Talca, región del Maule.
Las bolsas de papas, los tallarines, frazadas, kilos de pan, etc., llegan donde Toño, director y dueño de casa donde se realiza el festival. La colaboración entre vecinos hace de esta actividad no sólo un trabajo de autogestión, pues tiene la riqueza de ser un festival comunitario.
Son los mismos vecinos junto a la compañía Teatropello los encargados de alimentar y recibir en sus hogares a las compañías que llegan a disfrutar de esa maravillosa experiencia de hacer teatro.
Llega la tarde y muchos vecinos de la villa pasan directamente de sus trabajos para reservar una silla y presenciar las obras gratuitas del festival.
La Feria de las Artes del Maule, se convierte en uno de los eventos culturales más importantes de la VII región durante enero. Su cartelera teatral, musical y de danza cautivan a los vecinos y ha motivado a la comunidad para ser parte, año a año, de esta iniciativa.
II versión del Festival de teatro Escena Libre
Organizado por la Escuela Pública Comunitaria, organización dedicada a la Educación Popular en el barrio Matadero-Franklin.
Con un fuerte compromiso con el arte y el pueblo, la II versión de “Escena Libre” declaró, entre sus primeras líneas, conocer y criticar las condiciones que alejaban al “público común” del Teatro. Este diagnóstico, agrupado en cuatro factores: geográfico, monetario, distancia de lenguajes estéticos, precarización del ambiente teatral en Chile, demuestra no sólo la dedicación, sino también las instancias de reflexión implícitas en este tipo de proyectos. Cada uno de los elementos que han podido identificar, concluyen, poseen “la similitud de ser procesos de segregación y disolución de los espacios teatrales”.
Su principal lineamiento apunta a la autogestión y a la recuperación de los espacios públicos. En las temáticas a presentar, buscan generar espacios de reflexión y crítica sobre los procesos políticos y sociales del país.
En el barrio Matta Sur se encuentra la tradicional plaza Bogotá que cuenta con un anfiteatro, donde se expusieron obras teatrales los fines de semana entre el 16 y el 31 de enero. Con montajes tanto chilenos como extranjeros, abordaron temas de problemáticas sociales y compromiso político.Esto, con el fin de expandir el acceso del teatro a un rincón subalternizado de la población.
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La raza