/ por Rodrigo Rojas
Sobre la obra de teatro Inútiles, de la Compañía Teatro Sur.
Mediante una operación teatral sostenida en la visualidad y diálogos de los personajes, la obra resucita el pasado colonial de Chile para mostrarnos cuán contemporáneas son todavía las relaciones de poder de aquellos tiempos. La compañía Teatro Sur, bajo la dirección y dramaturgia de Ernesto Orellana y con las actuaciones de Tito Bustamante, Nicolás Pavez, Guilherme Sepúlveda, Tamara Ferreira, Eric Melo y Tomás Henríquez, nos presentan una obra que invita a reflexionar sobre la historia del país utilizando como soporte las vivencias subjetivas. La obra nos cuenta la historia de una familia hacendada en el contexto colonial de nuestro país. Se reúnen para celebrar el día de acción de gracias, celebración yanqui que se esmeran en recrear fidedignamente. Todo cambia cuando se dan cuenta de que su servidumbre indígena los ha abandonado sin previo aviso: queda en evidencia lo inútiles que son en ausencia de quienes hasta el día de hoy ocupan los últimos escaños de la jerarquía social.
El trabajo escenográfico, que proyecta amplitud al espacio escénico donde ocurre el montaje, ubica eficazmente a sus personajes en las extensas habitaciones de las casas patronales de los hacendados chilenos. Los largos pasillos de las casas de adobe donde habitan hasta hoy muchos patrones dueños de la tierra, se hacen presentes y toman carne en cada objeto que puebla el escenario. Los vestuarios nos describen los volúmenes de la usanza de época, pero también nos hablan de la moda actual a través de la acumulación y un cierto coleccionismo hedonista de objetos sobre el cuerpo. El maquillaje instala la ficción y cierra el triángulo visual que permite situar al público en un tiempo y espacio reflexivo. No es ni pasado ni presente, sino un híbrido temporal que permite hablar de nuestra historia como no lo hacen los historiadores, esto es, desde la vivencia subjetiva de cada uno. Así vemos sobre el escenario el cruce de las clases dominantes y las clases dominadas en tiempos de la colonia española, que todavía sostienen un sentido de realidad donde nos relacionamos a diario y muchas veces sin cuestionarlo.
El otro elemento que sostiene la ficción del tiempo y espacio reflexivo son los diálogos de los personajes. A la vez que juega con palabras y usanzas del lenguaje de época, hay constantes cortes que incrustan nuestro vocabulario cotidiano en mitad del corazón colonial. Los personajes entonces funcionan como una alegoría de figuras contemporáneas en nuestra sociedad chilena.
Hacia el final de la obra ocurre la irrupción de dos personajes que llevan al límite el ejercicio de hibridez temporal y espacial. Con la referencia directa a marcas de empresas contemporáneas, servicios que únicamente existen en nuestros tiempos, empleos y empleados de nuestros tiempos, se rompe la ficción haciendo patente la perduración de ciertos modos de relaciones entre clases dominantes y dominadas. Si bien estos personajes radicalizan la operación teatral que desde un inicio se construye en el montaje, su aparición empuja abruptamente al público a confrontarse con dicha operación, desdibujando el clima ficcional del tiempo y espacio que se plantea en un comienzo. El relato de la obra queda entonces parcelado y no permite conectar bien a los personajes que irrumpen hacia el final con el resto de la obra.
Ficha Técnica:
Compañía Teatro Sur.
Dramaturgia y Dirección: Ernesto Orellana
Elenco: Tito Bustamante, NicolásPavez, Guilherme Sepúlveda,
Tamara Ferreira, Eric Melo y Tomás Henríquez.
Diseño integral y gráfica: Jorge Zambrano.
Vestuario: Muriel Parra y Felipe Criado
Composición Musical: Marcello Martínez.
Maquillajes: Camilo Saavedra.
Producción: Teatro SUR.
Perfil del autor/a:
La raza