/ por Patricio Contreras
Para mí siempre será bienvenida la oportunidad de volver a escribir y hablar sobre la poeta porteña Ximena Rivera. De volver a citar su nombre –ese secreto a voces– y hacer justicia a su memoria y trabajo literario. Su Obra completa, publicada hace unos cuantos meses por Ediciones Libros del Cardo, nos concede la posibilidad de oír de nuevo a una de las voces más originales de la poesía chilena de los últimos tiempos.
A diferencia de la anterior Obra reunida (Ediciones Inubicalistas, 2014), este libro incluye, a modo de prólogo, fragmentos de una entrevista realizada a la autora por su colega Silvia Murúa, rescatada de un registro audiovisual a cargo de Radye Silva, datado en 2013. Esta publicación se mantenía inédita como escritura hasta la fecha. En una de las respuestas incluidas en dicho registro, Ximena Rivera declaró algo que me parece muy apropiado para dimensionar esta reedición de su poesía completa: “Si me preguntaran, ¿cómo se publica aquí en Chile? Algo así. Yo estoy un poco enojada. ¿Enojada por qué? Por resentida no más, porque no soy una poeta realmente reconocida. Soy reconocida en Valparaíso y en ninguna otra parte más” (6).
Creo que la publicación de este libro viene a seguir subsanando esa deuda que tenemos con la autora, para que su poesía llegue a quienes aún no han tenido la ocasión de leerla. Por si esto fuera poco, también vuelve a poner en circulación libros y publicaciones en revistas que hoy son prácticamente imposibles de encontrar, como sus celebrados Poemas de agua, de donde se desprenden los siguientes versos: “No sé modular la palabra amor,/ ese verbo grande y final./ Grande, grande es mi súplica,/ mi ruego es comprender por qué/ el amor demora siglos en llegar a ser amor” (58).
Otro material inédito que incluye este libro son las cartas que Rivera escribió a su amiga Lucy Oporto, datadas en 1988, mucho antes que publicara su primer libro. En esta correspondencia, la autora reflexiona sobre su propia poética, sus crisis existenciales, su relación con el arte y el lenguaje, entre otros temas que sin lugar a dudas suman nuevas perspectivas a la hora de abordar su poesía. Los textos son publicados aquí en sus versiones originales, manuscritas, junto con las transcripciones que hizo la propia destinataria para esta publicación. En uno de ellos, fechado el 20 de agosto de 1988, Rivera se explaya sobre el compromiso radical con la poesía que tanto la caracterizó a lo largo de su vida: “[…] no creamos en el arte. Pero creamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o la música son exorcismos, conjuros contra el desierto, conjuros contra el ruido, la nada o el bostezo. Escribir es defenderse, defender la vida. La poesía es un acto de legítima defensa” (149).
Sin lugar a dudas, Ximena Rivera escribió desde esa trinchera: la escritura como refugio y lugar de resistencia. La vida como un texto infinito que debe descifrarse a través de la poesía. La literatura como un espacio ideal donde ese texto es revisado y comentado. Desde ahí mismo, hoy lucha contra el olvido, contra esa desmemoria fatal que sería el dejar de leerla. Este libro es justamente una razón más para que eso nunca suceda.
Obra completa
Ximena Rivera Órdenes
Ediciones Libros del Cardo, 2016
Poesía, 153 págs
———
[Portada] Fotografía de Raúl Goycoolea
Perfil del autor/a: