Para seguir conmemorando el Día Internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora, el recién pasado 25 de julio, presentamos una mini antología de tres poemas escritos por importantes autoras afrocaribeñas. Cada una de ellas, en sus respectivos países, ha tenido un impacto en la lucha contra el racismo y el patriarcado desde el espacio literario: Nancy Morejón de Cuba, Évelyne Trouillot de Haití y Jennifer Rahim de Trinidad y Tobago. Tres poetas que escriben en tres lenguas del Caribe, que, una al lado de la otra, ayudan a desencajar las divisiones lingüísticas que han quedado como un legado colonial en la región.
La capacidad de la poesía, y también de la narrativa, de indagar en espacios emotivos de la memoria colectiva cobra una fuerza particularmente relevante en cuanto a la historia de la diáspora africana, debido a todo lo que ha sido borrado del conocimiento con la trata transatlántica y sus secuelas en nuestras sociedades americanas. La novelista afroestadounidense Toni Morrison solía comentar que escribió su primera novela, The Bluest Eye (Ojos azules), porque no existía un libro sobre los estándares de belleza para las niñas negras y quería leerlo. Los poemas presentados aquí muestran algo de este problema: buscan escribir sobre lo que no se ha escrito, rellenar vacíos históricos, articular subjetividades en la confluencia de ser mujer y negra en sociedades machistas y racistas, construidas sobre múltiples opresiones.
Morejón es una de las poetas más reconocidas de Cuba, ganadora del Premio Nacional de Literatura en 2001 y un sinfín de otros galardones nacionales e internacionales. Es autora de más de una docena de volúmenes de poesía, entre los que se destacan Richard trajo su flauta y otros argumentos (1967), Parajes de una época (1979), Piedra pulida (1986), Paisaje célebre (1993), La Quinta de los Molinos (2000), Carbones silvestres (2006) y Peñalver 51 (2010). Además de poeta, su labor de traductora ha traído al español importantes voces francocaribeñas, como Édouard Glissant, Paul Laraque, Ernest Pépin y Nicole Cage-Florentiny.
Trouillot es una destacada escritora haitiana que ha publicado más de diez obras, escritas en francés y creol, incluyendo los poemarios Sans Parapluie de retour (2001) y Par la fissure de mes mots (2014) y las novelas Rosalie l’infâme (2003) y L’CEil-Totem (2006). Proviene de una familia de importantes intelectuales haitianos y actualmente es docente universitaria en Haití.
Rahim, la más joven de las tres, es poeta, narradora, cronista y crítica literaria. Entre sus libros de poesía destacan Between the Fence and the Forest (2002), Approaching Sabbaths (2009), para el cual ganó el Premio Casa de las Américas en 2010, y Ground Level (2014). Actualmente enseña en la Universidad de las Indias Occidentales en San Agustín, Trinidad.
Nancy Morejón
Mujer negra
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido al primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral.
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuánta epopeya mandinga intenté recurrir.
Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de Su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y Su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.
Anduve.
Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.
Me sublevé.
En esta misma tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camino a Guinea.
¿Era Guinea? ¿A Benín? ¿Era Madagascar? ¿O a Cabo Verde?
Trabajé mucho más.
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.
Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña,
bajé de la Sierra
para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena.
Évelyne Trouillot
Homenaje
En mi poema
la noche está llena de flotas misteriosas
voraces sus velas
y avaros
sus timoneles dibujan curvas
engañosas
que hacen llorar a la tierra
y mis pies ya están sangrando
sangraron y aún sangrarán
bajo la brecha del ancla
No soy de las que agachan la cabeza
y se visten de porcelana
cuando las perlas arrastran
historias malditas en su estela
y el mar asfixia a los temerarios
que han
abrazado al abismo
Desconfío de las que
blandas muñecas
alteran
el arrullo guerrero de la madre
para el niño que no nacerá
pues la penumbra se acopló a su silueta
y la noche violó su sexo
No soy de las que se postran
lánguidas
ante amores inertes
en puntos de cruz o macramé
en cúpula de plata
o anillo dorado
En mi poema
una mujer cruza vadeando
y el día trocó sus cuentos y cantos
por la cadencia oscilante
de orillas fascinadas
por bamboleos insensatos
No olvido aquella que
le prometió mil orgasmos luminosos
a su cuerpo
si alcanza la victoria
Le doy las gracias
por haber atesorado en lo hondo de su pecho salvaje
el profundo aliento del mar
Hommage
Dans mon poème
la nuit est pleine de flottes mystérieuses
aux voiles voraces
et cupides
leur barres dessinent des courbes
mensongères
qui Font pleurer la terre
et mes orteils saignent déjà
ont saigné et saignent encore
sous la trouée de l’ancre
Je ne suis pas de celles qui baissent la tête
et s’habillent de porcelaine
quand les perles charrient
de histoires maudites dans leur sillage
et que la mer asphyxie les téméraires
qui ont
embrassé l’abysse
Je me méfie de celles qui
poupées moelleuses
altèrent
la berceuse guerrière de la mère
à l’enfant qui ne naîtra pas
car la pénombre a épousé sa silhouette
et la nuit a violé son sexe
Je ne sui pa de celles qui se prosternent
languides
devant ds amours figées
en points de croix ou macramé
sur coupole d’argent
ou anneau doré
Dans mon poème
une femme traverse à gué
et le jour a troqué ses comptines patinées
pour la cadence chaloupée
des rives éprises
de mouvements insensés
Je n’oublie pas celle qui
a promis mille orgasmes lumineux
à son corps
s’il attaint la victoire
Je lui dis merci
d’avoir gardé au creux de son sein sauvage
le grand soufflé de large
Traducción de Yasmina Tippenhauer
Jennifer Rahim
Para las mujeres como nosotras
Debe haber una santa para las mujeres como nosotras
–las que nunca fuimos vírgenes,
que nunca conocimos la gracia de la inocencia.
La que busqué por todas partes,
recé décadas de rosarios para estar cerca
de la mujer que podría contener
todos mis pesares en su regazo,
poner fin a esa rauda huida de mí misma.
Y me he vuelto tan fuerte
volando que la gente está asombrada
me consideran un prodigio que vuela rauda en el cielo
sin saber cuánto anhelo descansar
de la noche que me dio alas
e hizo de mi ternura un núcleo invisible,
algo raro –casi imposible.
Arrodillada he ofrecido novenas,
regateando con el cielo para ser
la mujer que se me negó ser, el vientre
desde donde llega a la tierra ese poder.
Debe haber una santa para las mujeres como nosotras
–las que nunca cortejarán a un unicornio.
For Women Like Us
There must be a saint for women like us—
those who were never virgins,
never knew what grace is innocence.
I searched everywhere to find her,
rolled decades of beads to be near
the woman who could hold
all my sorrows in her lap,
halt this breakneck flight from myself.
And I have grown so strong
with flying people are amazed,
think me a wonder that speeds the skies,
not knowing how I hunger for rest
from the night that gave me wings,
made my tenderness an invincible core,
a strange thing—almost possible.
I have offered novenas on my knees,
bargained with heaven to be once
the woman denied me, the womb
where that power comes to ground.
There must be a saint for women like us—
those who will never woo a unicorn.
Traducción de María Josefa Gómez Álvarz y Gloria Riva Morales
Los poemas reproducidos aquí fueron tomados de los siguientes libros: Nancy Morejón. Cantares. Matanzas: Ediciones Matanzas, 2014; Yasmina Tippenhauer, ed. Ayiti cheri. Poesía haitiana (1800-2015). La Habana: Casa de las Américas, 2018; y Jennifer Rahim. En vísperas de los días sabáticos. La Habana: Casa de las Américas, 2011.
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