Seguimos con el ciclo de entrevistas y divulgación de las obras de lxs artistas que forman parte de la curatoría del Festival Periférica. Como media partner, medio pana, semana a semana iremos compartiendo las visiones de quienes participarán de la primera edición de este encuentro.
¿Un recordatorio de qué va esta primera versión del festival? Pues acá está disponible el manifiesto que ya publicamos en Revista Raza Cómica.
Esta oportunidad vamos con Paula Baeza Pailamilla
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Paula Baeza Pailamilla (1988) es una artista visual mapuche que vive en Santiago. Su obra está centrada en la performance, el video y la práctica textil. En 2020, participó en la 11ª Bienal de Berlín con la obra Kurü Mapu.
“Desde la colonización y su permanente injusticia en este territorio han existido expresiones artístico-politicas desde cuerpos marginados. Instancias como Festival Periférica son eco de esas luchas y resistencias desde el campo creativo”, dice. “El arte rebasa ampliamente las instituciones y desde hace mucho tiempo ha estado en las calles y en los territorios”.
-Has dicho (en Artishock) que “hay personas mapuche que no saben que son mapuche”. ¿Cómo se plantea esta reflexión en tu trabajo?
Según mi experiencia, logro percibir que las identidades mapuche son múltiples y diversas: no existe una sola forma de «ser mapuche». La herida colonial nos ha atravesado históricamente, y es por eso que el autorreconocimiento y la autodeterminación han sido un camino muchas veces difícil, pero profundamente político. En algunos de mis trabajos he planteado cómo esa herida nos ha marcado y cómo se sigue actualizando, por ejemplo, en la violencia que el estado chileno ha ejercido sistemáticamente hacia nuestro pueblo. Es a través de la performance, el video o la práctica textil que he abordado estos temas, poniendo al propio cuerpo como vestigio de esa herida pero también de resistencia.
-¿Es para ti la performance una manera de comunicar un mensaje?
La performance para mi es una práctica artística y política, entendiendo que mi corporalidad es mapuche, leída como mujer y heredera de los procesos diaspóricos. Más que comunicar un mensaje, es compartir experiencias de luchas y resistencias, visibilizar las violencias e injusticias y generar diálogos y reflexiones para expandir nuestra memoria histórica.
-¿A qué personas te gustaría llegar con tu participación en Periférica?
A todes quienes quieran compartir diálogos y reflexiones en torno a las prácticas artísticas y políticas en general.
Es la primera vez que tantos artistas se reúnen para llamar la atención sobre lo que ocurre en los márgenes. ¿Por qué crees que es valioso que exista un festival como Periférica?
Creo que desde la colonización y su permanente injusticia en este territorio han existido expresiones artístico-políticas desde cuerpos marginados. Instancias como el Festival Periférica son eco de esas luchas y resistencias desde el campo creativo, y es esta historia la que debemos tener como referencia en nuestra memoria política. El arte rebasa ampliamente a las instituciones, y vemos que desde hace mucho tiempo ha estado en las calles y en los territorios.
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