Durante la última semana hemos sido consternadxs, ante la eventual posibilidad de tener a un fascista como presidente por los próximos 4 años; un continuador de las sistemáticas violaciones de DDHH y políticas regresivas, ya generadas por el actual gobierno. Una situación aberrante que se alza con la primera mayoría electoral, un 27.91% de las preferencias en primera vuelta.
Pero para poner en perspectiva esta situación, es importante señalar que el fascismo realmente convive con nosotrxs, incide en las actuales políticas que vulneran los derechos humanos fundamentales y sus variantes post fascistas o neofascistas, son realmente la cara visible de capas más profundas e intergeneracionales que nos han acompañado como sociedad los últimos 90 años.
Desde el primer gobierno del general Carlos Ibañez del Campo en adelante se puede asumir derechamente que el fascismo tuvo acogida en la élite, en grupos militares e incluso en sectores populares del país. Recordados son los hitos de la Matanza del Seguro Obrero de 1938 o décadas después el asesinato del general René Schneider por parte de grupos de choque de extrema derecha, hecho que marcó la pauta de las permanentes acciones de sabotaje y coordinaciones por parte de la CIA, el Partido Nacional, Patria y Libertad, Carabineros, y las FF.AA.
Ya en 1973, la búsqueda de desestabilización del gobierno de la Unidad Popular fue en alza y su mayor visibilidad se dio con el intento o amenaza de golpe conocido como el “Tanquetazo” ocurrido el 29 de junio.
En ese clima de tensión y eventual golpe de Estado, la Universidad Técnica del Estado, actualmente conocida como USACH, de manera coordinada con la Universidad de Chile y la Universidad Católica, acordaron desarrollar una campaña «Por la Vida y en Contra de la Guerra Civil.»
Los ejecutores de la campaña fueron el Taller Gráfico a cargo del diseño y el Departamento de Comunicaciones de la UTE, quienes desarrollaron la exposición llamada “Por la Vida …Siempre! Jornadas Antifascistas.” El objetivo era generar un material político-didáctico en tonos cálidos y en alto contraste, que permitiera explicar de una forma pedagógica, qué es el fascismo y cuáles eran sus consecuencias.
El montaje de la exposición se terminó de instalar la noche del 10 de septiembre de 1973 y consistía en 18 gigantografías, que explicaban las consecuencias de una eventual guerra civil y los riesgos del avance del fascismo. El lugar de la instalación fue la explanada de la casa central de la Universidad. La exposición se inauguraría la mañana del 11 de septiembre de 1973, entre los asistentes participarían Salvador Allende y Víctor Jara.
En un gesto de reconocimiento, memoria y homenaje a las miles de vidas perseguidas, vejadas y asesinadas por el fascismo, la dictadura y sus innegables consecuencias que acompañan también nuestras vidas, es que compartimos parte del material de la exposición, que fue resguardado, archivado y digitalizado por el Archivo Patrimonial USACH para su difusión. Solo la memoria viva y la acción transformadora pueden evitar que el fascismo siga siendo la constante en nuestra sociedad.
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