Una vez más nos encontramos aquí, espacio desde el que nunca nos hemos ido ni nos iremos.
Estamos también aquí, para re-instalar la baldosa por la memoria que fue vandalizada por los dueños de esta propiedad, para recordar a nuestras compañeras detenidas desparecidas cuya lucha antidictatorial tenía como objetivo, no sólo derrocar a la dictadura, sino también la construcción de una nueva sociedad, que, en esos tiempos, llamábamos socialista.
Estamos aquí, hoy más que nunca, para marcar la diferencia frente a las posturas y el accionar feminista institucionalizado y sus pretensiones hegemonizadoras.
Vivimos tiempos confusos, en los que los progresismos liberales se disfrazan de radicales, autónomos, antipatriarcales y feministas.
Una parte del movimiento, se ha arrogado la representación de los feminismos, definiendo, coaptando y estableciendo modos de hacer y contenidos políticos del trabajo feminista dentro los márgenes institucionales, haciendo exigencias y esperando respuestas del Estado, mismo Estado que nos agrede, mata, precariza, tortura y nos somete a su estrategia privilegiada contra nosotras y nosotres, la violencia política sexual.
Participan en las instituciones, en el Estado, se instalan en el sistema, reconociéndole y otorgándole la capacidad de resolver los problemas que el mismo sistema produce.
Utilizan la perspectiva de género para crear una ficción de cambio cultural, escenas de mujeres en altos puestos de la política y el poder, tomándose la palabra como si eso fuese torcerle la mano al patriarcado. Puro espectáculo.
Lo único que han logrado es que los modos de organización y opresión del Estado, se oxigenen, se acomoden y permitan que el patriarcado y el capitalismo sigan funcionando, con aires nuevos, jóvenes y “feministas”. Mientras tanto las mujeres y disidencias, las pobladoras, las trabajadoras, las pobres del campo y la ciudad, seguimos siendo violadas, asesinadas, precarizadas, encarceladas, explotadas….
¿Por qué esta urgencia de marcar claramente la diferencia? Porque no perseguimos el mismo fin. Nuestro feminismo es combativo, antipatriarcal, anticapitalista, popular y clasista. Nos arrojamos a construir otro mundo, fuera del acuario capitalista, uno en el que lo que producimos sea para el disfrute de todas, todos y todes y no para la apropiación individual de los del 1%.
Queremos vivir y relacionarnos de otra manera, en el que el bien común, lo comunitario, la tierra y la vida de todas las especies que pueblan el mundo estén en el centro. Nuestros deseos y luchas no caben en sus instituciones y negociaciones, no caben en las migajas que se caen de su mesa capitalista e imperialista y que al parecer, hay algunas y algunos dispuestos a recoger.
Nos somos lo mismo, como nuestras compañeras anarquistas y socialistas de principio del siglo xx, como las radicales de los 60, como las militantes de los 70 y 80, como nuestras compañeras autónomas de los 90, y como muchas otras a lo largo de la historia y en distintos territorios, nos reconocemos fuera del sistema, de las instituciones, nos paramos con fuerza y sin miedo en la vereda de enfrente, lejos de su espectáculo.
Reafirmamos y honramos a nuestras compañeras detenidas desaparecidas, luchando inclaudicablemente, al igual que ellas lo hicieron, por lo que queremos, lejos de la putrefacta premisa de lo posible, construyendo a largo plazo, pero desde este presente, desde lo comunitario, desde los territorios nuestro horizonte de una sociedad sin capitalismo, sin estado, sin clases sociales, sin patriarcado y sin ningún tipo de opresiones.
Con nuestras compañeras detenidas desaparecidas, siempre presentes en nuestras vidas, luchas y rebeldías. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos ni transamos.
Compañeras:
Nilda Patricia Peña Solari
Ida Vera Almarza
Isabel Joui Peterson
Marta Neira Muñoz
Eugenia Martínez Hernández
PRESENTE!!!
*Texto leído en el acto de reinstalación de la baldosa por la memoria en la ex casa de tortura Venda Sexy, el domingo 6 de marzo.
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