En su propuesta “Reliquias del pantano” -actualmente disponible en el Museo de Arte Contemporáneo sede Parque Forestal-, inspirada en la realidad del norte del país, el artista aborda desde el arte, los aspectos culturales de una zona fronteriza y la dinámica del intercambio cultural y comercial que se produce en una zona de frontera compartida y habitada. También evidencia el quehacer de la Aduana, como ente regulador en la frontera, que determina qué pasa y qué no.
Hasta el 23 de junio se encuentra disponible en el MAC Uchile -sede Parque Forestal- “Reliquias del pantano”, primera muestra individual en este Museo del artista iquiqueño Camilo Ortega (zarvo). Con la curaduría de Paola Nava, la muestra se adentra en los imaginarios de las zonas fronterizas del norte grande de Chile.
Parte de las ocho exhibiciones del ciclo del Museo, la propuesta destaca por las demás por su peculiar estilo: la escala de los objetos evocados, su naturaleza, su materialidad y su localización.
Al entrar a la sala, versa la cartilla informativa del MAC, “hay algo que no encaja. En medio de las pinturas que parecen viñetas, y de las orgánicas y coloridas esculturas de cajas de cigarros, plátanos y jockeys chapeados, se instala una correa de distribución. Una correa cromada, maquinal, fría y reconocible. La correa que se puede encontrar en cualquier aeropuerto o puesto fronterizo. Un panóptico -rayos x incluidos- a pequeña escala, por donde puede pasar una autoimagen país, y no otra”.
-Encontramos de manera imperante el imaginario social y cultural del norte grande. ¿Qué pasa con el ejercicio de traer esa visualidad a la capital?
Me interesa instalar estas preguntas y visualidades en el centro del país como una forma de problematizar las ideas que se tienen de estas otras zonas del «país», tan distantes en kilómetros y también culturalmente, muchas veces olvidadas y consideradas solamente para fines extractivos/económicos, que quizás muchas personas la observan solamente a través de la televisión y los noticieros.
Espero que la exposición abra otras lecturas, y entendimientos, que permitan de alguna forma comprender un territorio complejo, repleto de capas históricas y geopolíticas que lo hacen estar en permanente contacto y comunicación con los países vecinos.
Habría que saber qué les pasa a las personas que asisten a la exposición, si logran comprender una propuesta que plantea problemáticas bien específicas y localizadas.
-Utilizaste materiales como el plumavit para desarrollar piezas de gran volumen, ¿qué primó a la hora de elegir?
La elección de los materiales guarda relación con las necesidades del proyecto o a veces las condiciones técnicas necesarias para lograr algún resultado. En este caso, utilicé una mezcla de poliestireno expandido con una cobertura de cemento.
Me interesaba producir volúmenes que tuvieran una resistencia adecuada y un peso en el espacio. Que me permitieran generar una producción en serie en un tiempo determinado.
Dentro del proyecto también hago uso de la pintura, el grabado y el video. La pintura, es un medio que habitualmente utilizo, que me permite configurar un mundo donde puedo establecer muchas ideas y relaciones muy concretas y gráficas. Además, el ejercicio de pintar que es, muy íntimo y solitario, me entrega ese espacio de tiempo para meditar otro tipo de trabajos o procesos.
También dentro de la exposición hay un video performance, donde aparece un supercargador que es transportado por un camión dentro de la Zofri. Allí me interesaba mostrar el paisaje real y la presencia del cuerpo en el lugar.
-Podríamos decir que la muestra es lúdica en su colorido y disposición. ¿De qué manera expresa el espesor crítico a, por ejemplo, el extractivismo y las violencias en espacios fronterizos?
Creo que no por que algo sea colorido, no puede ser crítico. Quizás estamos muy acostumbrados a que los discursos críticos deben ser enunciados desde determinada forma, en cierta clave estética, y eso para mi es acotar las posibilidades.
Puede ser que la academia delimite las formas de dialogar en torno a ciertas temáticas y de plantear las opiniones. En mi caso, no me interesan mucho esas maneras. Vengo del sur del Perú o norte de Chile, donde estamos atravesados por otros modos de hacer y sin dudas, otras visualidades ligadas a carnavales, rituales andinos, fiestas patronales, ferias, basurales, sobreconsumos y violencias que se manifiestan constantemente, pensando que es un territorio que antes de ser chileno, fue peruano. Desde todos esos componentes es que el proyecto expositivo propone una revisión sobre las rutas de intercambio, los controles y descontroles que allí se viven, y claro, con una carga importante de humor crítico, donde aparecen los pasos no habilitados, las rutas alternativas, los autos chuteados, las burocracias aduaneras, los decomisos de sustancias ilícitas, como mangos, papayas y huevos bolivianos que mezclados con rollos de papel confort y camisetas de futbol, van configurando un escenario con muchas paradojas y contradicciones entorno la frontera norte.
Una frontera que desde siempre ha sido observada desde el centro político del país, como una zona distante y borrosa, siempre en riesgo y tensión, con alta presencia militar y policial, las cuales no logran impedir que las antiguas rutas de intercambio alternativo, sigan funcionando. Dinámicas que de alguna manera también son formas de cuestionar las ideas de identidad nacional o soberanía, comprendiendo así, un espacio que muchas veces funciona bajo sus propias reglas.
Sobre Camilo Ortega
Artista visual con estudios en grabado en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar, y en gráfica contemporánea en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. En su trabajo, se hace visible una reflexión sobre la identidad cultural, levantando discursos políticos a través de la creación de mundos simbólicos construidos con una iconografía propia. Su proceso creativo se toma de diferentes materialidades, técnicas y procesos, como la pintura, la gráfica, la escultura, la performance, el video, muralismo, entre otros, vinculándose con el arte relacional y el espacio público para configurar un discurso colectivo sobre el territorio como espacio para la construcción de nuevos mundos. Ha sido parte de la gestión de una serie de proyectos que visibilizan las problemáticas sociales y territoriales del norte de Chile. Por otro lado, ha participado en diversas exposiciones y compilaciones editoriales tanto en Chile como en el extranjero.
En el año 2013 junto a más agentes del arte fundó la plataforma de pensamiento y acción artística CAPUT. Su trabajo ha sido adquirido por colecciones públicas como la del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio durante el 2020, así como por colecciones privadas y particulares. Ha exhibido en espacios nacionales como el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, el Centro Nacional de Arte Contemporáneo, la Galería Gabriela Mistral, Centro Cultural de España e internacionalmente en espacios como Kiosko Galería en Bolivia y Galería Siberia en Buenos Aires, entre otros. Su trabajo ha salido publicado en la revista francesa Artpress.
Más información sobre la exposición y sus horarios, acá: https://mac.uchile.cl/exposiciones/reliquias-del-pantano/
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