A propósito de la publicación de una antología de su obra en la serie Vindictas. Poetas latinoamericanas, de la colección Material de Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este sábado 16 de noviembre se reunirán las y los escritores Elvira Hernández, Eugenia Prado Bassi, Javier Bello, Soledad Falabella, Silvia Guerra, Mercedes Roffé, Rocío Silva Santiesteban y Rodrigo Verdugo, junto a las editoras de Cuarto Propio Marisol Vera Giusti y Paloma Bravo y la poeta y antologadora de este volumen, Claudia Posadas. La cita virtual es completamente abierta y gratuita.
Ad portas de conmemorarse el centenario de su nacimiento y a casi dos décadas de su fallecimiento, poetas y académicas y académicos latinoamericanos se unen para homenajear a la icónica poeta chilena Stella Díaz Varín. Convocados por Editorial Cuarto Propio de Chile, en colaboración con la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM y con el proyecto mexicano Púlsar Comunicación Cultural, este 16 de noviembre se darán cita para dialogar sobre el legado literario de la escritora.
Bajo el título “Homenaje internacional a Stella Díaz Varín (1926-2006) en la víspera del centenario de su nacimiento. Publicación en México por la UNAM de una antología de su obra”, la cita cultural virtual -abierta y gratuita a todo público- se desarrollará el sábado 16 de noviembre y será transmitida vía streaming.
Participarán en este encuentro los académicos y poetas chilenos y latinoamericanos Javier Bello, Soledad Falabella, Silvia Guerra (Uruguay), la Premio Nacional de Literatura 2024 Elvira Hernández, Eugenia Prado Bassi, Mercedes Roffé (Argentina), Rocío Silva Santiesteban (Perú) y Rodrigo Verdugo. Junto a ellas y ellos presentarán y moderarán Marisol Vera Giusti y Paloma Bravo de Editorial Cuarto Propio, y Claudia Posadas, antologadora de este volumen.
Cuatro voces sobre Stella
Parte de las participantes de este homenaje literario entregan algunas visiones sobre Stella Díaz Varín.
Soledad Falabella
Conocí la obra de Stella Díaz Varín a través de la gran poeta y amiga Alejandra del Río. Las dos estudiábamos literatura en la Universidad de Chile al comienzo de los años ´90. Debe haber sido el ’92, y me invitó a un recital de «la mejor poeta viva en Chile», y pasó a contagiarme su pasión por su obra y persona.
¡Qué voz de mujer más imponente y brillante! Me acuerdo que fuimos a verla a un recital en algún lugar en Bellavista. Me acuerdo que me impactó el relampagueo de su voz que te anclaba en el aquí y ahora, pero con un dejo de nostalgia y de futuro. Muy particular.
Stella Díaz Varín es una gran inspiración para la poesía joven insurrecta, para esa poesía transformadora y rebelde que impugna las normas y convenciones. La suya es una poetica valiente y erótica, militante y feminista. Como autora se hace de la lengua para subvertir el paisaje de la poesía chilena en dictadura y transición a la democracia, infundiéndola de vida, coraje y espiritualidad, muy en la línea de la obra de Gabriela Mistral donde lo estético cobra un valor ético político y espiritual.
Eugenia Prado Bassi
“Dupsin Dapsin en el universo”. Stella Díaz Varín, poeta extraordinaria, exuberante, barroca, una de las grandes de la Generación Literaria de 1950. De cabellera roja y mirada seductora, atractiva, vivió como escribió, con la tenacidad a flor de piel y la rebeldía de saberse brillante y hermosa.
Abandonó sus estudios de medicina y se arrojó a la poesía de manera radical. Conocedora de la fuerza de las castas y la arrogancia del poder, nuestra colonización y servilismo, vive la precariedad de la vida cotidiana y las reales necesidades de las mujeres escritoras y poetas que nos dedicamos a estos oficios.
Su poesía es compleja, metafísica, hermética, religiosa, existencial, vanguardista, surrealista, simbolista. Única en sus formas, abundante y creativa, Stella no hace concesiones.
Validada por su belleza entre los poetas hombres, elegida como pieza sacrificial, como escribió en su poema “La casa” se atreve a desafiarlos. “Una víbora, encerrada en la jaula”. Así, en noches de rebeldías y de bares, frondosa en sus andanzas, con sus formas extravagantes, excedidas y un enorme vozarrón, la poeta ruge su ser mujer como condena. “Qué queréis que se haga con estos materiales. Nada. Sino escribir poesía melancólica”.
Rocío Silva Santisteban
Yo no había escuchado la historia mítica de Stella Díaz Varín. No supe de sus romances, de sus golpes, de su cabellera roja de vikinga, ni siquiera de la estela que dejó en la literatura chilena por su paso combativo y vanguardista. Solo aterricé en sus versos de Razón de ser, en ese tremendo poema que preludia la poesía feminista, que habla «De ella, la tentadora de la muerte durante ocho siglos» y me pareció cautivante: de la estirpe de poetas como Edith Södergran o como Anne Sexton.
Claudia Posadas
Soy una ensayista de la poesía con lentes violeta, muy comprometida con mi género. Bueno, de primera me conmovió mucho la historia, y en segunda, todo lo que ha significado la invisibilización y la conceptualización limitante de la mujer escritora.
Me parece que Stella es una voz que contribuyó estéticamente en su momento con una propuesta particular y novedosa que fue absolutamente invisibilizada porque no había los parámetros para estudiarla, porque estaba el canon dominante de las grandes voces de su momento.
Stella es emblemática porque ella fue una figura siempre rebelde, retadora, interpeladora como me gustan. En su poesía interpela a lo humano, a la ética de lo humano, el ser humano en su ethos, al sistema. Stella fue denostada, fue nombrada por epítetos y nombres humillantes como “la poeta pugilista”, “la Bukowski chilena”, que a mí me parecen absolutamente absurdos. Y eso es muy emblemático de la invisibilización patriarcal de la mujer escritora, porque en vez de ver tu obra, su aporte, el diálogo estético que establece con su generación, lo que ven es “la musa de”, “la esposa de”, “la gran amante de quien sabe quién”, “la poeta que fue asesinada”; o sea, todo es a través de una anécdota.
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Equipo Editorial LRC