Acercamiento a Tipología de accidentes laborales, de Nicolás Meneses
Es probable que muchos conozcan historias de accidentes laborales contadas en primera o en tercera persona. Personalmente, me han impresionado las que he oído de boca de quienes trabajan en áreas de la construcción, en particular aquellas que cuentan sobre personas que, en su desempeño, terminan perdiendo la vida.
Un tipo de accidente para mí sobrecogedor es aquel que ocurre cuando hombres avezados en el trabajo de albañilería caen desde alturas elevadas hacia un abismo, que no es otro que el de la muerte, gritando, según los relatos que he oído, la misma palabra: mamá. La palabra mamá, transformada en un aullido desgarrado, se apaga luego de breves segundos y los que han presenciado la escena llegan a sus casas por la tarde con la necesidad imperiosa de describirla, para ahuyentarla de sus cabezas.
El mundo no se detiene por este tipo de tragedias, ni siquiera un día. Los edificios continúan siendo construidos por los sobrevivientes y, una vez terminados, no muestran a sus habitantes ninguna evidencia de lo que allí ocurrió.
Que un corazón deje de latir, que un miembro del cuerpo sea amputado, que una persona resulte con ciertos grados de invalidez, como lo consignan los poemas de Tipología de accidentes laborales, de Nicolás Meneses, podría llegar a parecer, en abstracto, como algo inherente al trabajo. Pero sabemos, por otra parte, que existen trabajos en los que el mayor riesgo sea quizás el de esguinzarse un tobillo al pisar mal un escalón.
Entonces ¿por qué llamamos trabajo a esas tareas que no revisten mayor peligro para las personas que las realizan de la misma manera en que llamamos trabajo a actividades que podrían acarrear un grave daño físico o psíquico o la pérdida de la vida? La pregunta está sugerida de diversas formas en el libro, y hacerse preguntas como esta desde la poesía resulta complejo, porque ¿cómo abordar el hecho de que en una sociedad pos industrial la falta de seguridad no sea más que un signo de explotación, y cómo abordar este problema, además, sin renunciar al poema?
Nicolás Meneses ofrece en Tipología de accidentes laborales un punto de fuga en que las palabras, despojadas de lirismo, nos acercan al dictum de tener que ganarse la vida, que pesa sobre las clases más vulnerables, y lo hace a partir de referentes documentales y extraliterarios, como lo son los testimonios o incluso las situaciones anecdóticas que presenta, un tipo de experiencia de escucha de los otros que se escamotea o simplemente se ignora en la literatura de puertas cerradas.
El libro nos propone, desde su diseño, con el uso de colores negro y amarillo en su tapa, un correlato entre las señales de advertencia y los textos. En un nivel más profundo de sentido, desarrolla un itinerario sobre una serie de funciones posibles de desempeñar que implican un riesgo para la integridad de la persona: trabajar con alto voltaje, realizar labores en altura, entrar en contacto con elementos cortantes, sufrir intoxicaciones, atrapamientos, exponerse a golpes y a ruidos, ser víctimas de aplastamientos.
El distanciamiento descriptivo de este tipo de accidentes es uno de los recursos empleados por Meneses. La ironía, como efecto estético, hace eco de la humanización de las máquinas con la que frecuentemente los operarios significan su quehacer frente a ellas, formulando con palabras una especie de escudo existencial frente a la obligación de dominarlas. Así puede apreciarse, por ejemplo, en el poema “Amputación por máquinas en movimiento”:
Las máquinas
como dijo un colega
son nuestras amigas
hay que aprender a tratarlas
saber sus mañas
Como las personas
son traicioneras
Un crujido de rodillos
poleas correas
el roce de engranajes
estropean el mecanismo
que devora mi mano
sin querer soltarla
Un referente documental clave en este libro es el artículo 32 de la Ley orgánica de prevención, condiciones y medioambiente de trabajo, que abre el libro. Este texto funciona de la misma forma que lo haría un epígrafe que cita un verso de otro poeta con el fin de que guíe de algún modo la lectura. En el caso de los poemas que le siguen, este texto nos enfrenta de lleno con el burócrata que dicta leyes sobre materias que le son ajenas, pero sobre las cuales ostenta grados no menores de autoridad.
Frente a la burocracia legal, los poemas se focalizan desde una postura ética en los testimonios que exponen justamente las transgresiones de la ley:
Tuve jornadas que excedían
por mucho las doce horas
permitidas por la legislación actual.
Un cuerpo hecho de parches
para evitar descuentos a fin de mes y probables
causales de despido
En el mismo sentido de apropiarse de referentes extraliterarios, el libro incorpora como intertexto una iconografía propia de fábricas, bodegas, maestranzas, etcétera, lugares que son la expresión de que el neoliberalismo exacerbado de la economía actual se alimenta en gran medida de los resabios de la división del trabajo moderna o derechamente premoderna, donde los carteles de alerta previenen que las funciones que deben desarrollar las personas pueden resultar en acciones que van, por fuerza, en contra de sí mismas, y que evitarlas es su responsabilidad.
Esas tareas peligrosas, aparentemente asumidas en forma voluntaria, son similares a las que realiza un doble en las películas de acción, como acertadamente propone el libro al incluir el poema “Aproximación del elemento al material humano”, cuyas últimas estrofas señalan:
¿Han conocido alguna vez a un doble de acción
a un triple
cuádruple
a quien arriesga la vida
por un par de monedas?
Un minuto de silencio
por él.
Las materialidades opuestas son una constante en Tipología de accidentes laborales. Por una parte están las materias que constituyen a los seres humanos, su cuerpo, su sangre, sus huesos, y frente a ellas también las materialidades de las sustancias, las herramientas y las máquinas, y los kits de seguridad.
Seguro de muerte 2
Una persona no se ensambla como un lego
o un robot con luces
las piezas no tienen ranuras
ni clavijas
no pegan con clavos
o cola fría.
Nicolás Meneses continúa en este poemario con la indagación de temas y formas de decir que remiten a sectores populares y a sus actividades vitales, que ha realizado en libros anteriores como Panaderos (2018), Manejo integral de residuos (2019) y Ropa heredada (2022), por citar algunos ejemplos. En su oficio escritural, va y vuelve de la poesía a la narrativa con naturalidad y originalidad, desde una vereda propia y sin ansiedad por situarse en las corrientes literarias dominantes. Eso puede apreciarse en Tipología de accidentes laborales, un libro que abre la reflexión sobre cuánto más pueden dar de sí las formas y los sentidos de la poesía.



