Hoy desalojaron a mi mamá, por suerte no fue con fuerza, no a ella. Vivió 20 años en la Cerro Chuño, alguna vez fue una población de viviendas sociales y luego devino en toma. Cerro Chuño es un caso paradigmático de vulneraciones múltiples, una de ellas es su ubicación, emplazada al costado de residuos tóxicos altos en plomo, arsénico, mercurio, boro y cadmio, los que contaminaron a más de 15.000 personas en distintos grados, entre ellas a nosotras.
Soñar un cambio socioecológico en tiempos de pandemia
Tenemos la posibilidad de soñar una transformación social basada en economías más ecológicas y feministas.