Antes de Elis Regina, Maria Bethania o Gal Costa, en 1930, en el centro de Río de Janeiro, en la calle Propósito, nace Adiléia Silva da Rocha en el seno de una familia humilde. La muchacha logró llegar hasta el inicio de la preparatoria y tuvo que abandonar con 12 años el colegio para ayudar económicamente a su familia. A pesar de su juventud, ya tenía muy claro que quería hacer con su vida; deseaba ser cantante y para este propósito se ayudaba de los discos para aprender el oficio y le pidió a sus padres que le compraran diccionarios de idiomas para aprender inglés, francés, español, entre otras lenguas.
Su momento llegó en 1932 en el programa de talentos Calorous em Desfile del presentador Ary Barroso. Allí, además de mostrar su talento vocal, tiene la impertinencia de cantar en español “Vereda Tropical” a pesar de que era conocido que a Barroso le gustaban más las canciones en su lengua. De esta forma comienzan sus apariciones en la radio nacional brasileña además de dedicarse a montar obras teatrales infantiles.
Es afínales de los ‘40 que Lauro y Pais de Andrade deciden cambiarle el nombre de Adiléia a Dolores Duran, un seudónimo que para la época tenía mayor alcurnia. Él y su mujer, pertenecientes a la alta sociedad carioca, quedaron encantados con la calidad artística de la joven y se propusieron ayudarla abriéndole las puertas de los locales más refinados de Río de Janeiro.
Dolores, sin embargo, conoció también la segregación por su condición de mulata y sabía perfectamente las abismales diferencias que existían entre las clases acomodadas y los barrios populares. Ella misma llevaba en su cuerpo la marca de esa diferencia; siendo muy niña padeció una fiebre reumática que casi la mata. Logró sobrevivir, pero la consecuencia fue convivir con un soplo cardiaco. Algunos de sus biógrafos aseguran que este hecho la marca de por vida pues debe convivir a diario con la idea de la muerte y de alguna manera sabemos cómo la artista decide enfrentar este hecho. Así resuelve vivir intensamente lo que dure su existencia. Por su condición de cantante debía trabajar por las noches y no se privó de ninguno de los placeres nocturnos del alcohol, los cigarrillos o la vida bohemia. Con el reloj en su contra tampoco dedicó mucho tiempo a llorar amores, si las cosas no marchaban rápidamente el postulante era despachado y remplazado.
Rodrigo Faour uno de sus biógrafos comenta que una de sus frases típicas era terminar alguno de sus deseos con la frase “hasta morir”. Así, las amistades le escuchaban decir cosas como: “Quiero comer hasta morir”, “quiero dormir hasta morir” o “quiero cantar hasta morir”. A inicios de los 50 publica su primer LP con canciones de samba. Se dice que hubo un encuentro mítico entre una joven Dolores Duran y Ella Fitzgerald cuando estaba de gira por Brasil. La norteamericana visitó la boite Bacarat luego de enterarse que había una joven y talentosísima cantante. Esa noche Duran canto “My funnie valentine”, se comenta que después de escucharla Ella señaló: “la mejor versión que oí”. Pero no todo fue vía de rosas, en 1955 sufre una primera crisis cardiaca que logra superar en el hospital.
En 1957 un joven músico se le acerca y le presenta un tema que compuso junto a su socio creativo de ese tiempo, un tal Vinícius de Moraes. El arreglista era Antonio Carlos Jobim que estaba en los albores de su carrera. Dolores escuchó la melodía y los testigos aseguran que en cosa de minutos escribió la letra que le encantó Vinícius y que no tuvo ningún problema en ser remplazado como letrista –tomo nota de lo feminista que fue el poeta esa vez−, desde ese momento también queda al descubierto su capacidad como compositora y comenzó una sucesión de éxitos que llevaban su nombre en la creación.
Dolores Duran comienza sus giras internacionales en 1958 con una salida hacia Uruguay, luego va a la Unión Soviética de Nikita Jrushchov en un tour con otros músicos brasileños llenando varios teatros, pero tiene desacuerdos dentro del grupo, por lo que decide separarse de ellos, lo que le abre la posibilidad de realizar uno de sus sueños; conocer París. De vuelta en Brasil se hace cargo de una bebita huérfana que adopta como su hija.
Antes de los 30 años la cantante ya había grabado más de 20 discos, era reconocida como compositora y seguía viviendo con mucha intensidad. La mañana del 24 de Octubre de 1959, luego de su jornada nocturna en un club, llego a su casa, baño a su hija que estaba ya despierta y se fue a descansar, ya que tenía otra presentación a la noche. Durante el sueño habría sufrido un fulminante paro cardiaco que le costó la vida, Dolores Duran tenía 29 años.
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