Viajé a Concepción para conversar con Fernando Venegas sobre su libro, sobre los tres años productivos de Violeta Parra en la zona, de la influencia que tuvo la artista en el campo cultural en movimiento y de sus énfasis historiográficos.
El canto de todos que es mi propio canto
Han pasado 50 años del disco Últimas composiciones de Violeta Parra (RCA Víctor, noviembre de 1966), registro total, único, límite y que cambió para siempre la historia de la música popular chilena.
Si Violétika hiciera una pelíkula; apuntes sobre un arte populáriko y modérniko
A partir de su obra ya no se puede hablar de una tradición folclórica entendida como un conjunto de expresiones y prácticas que deben ser preservadas en formol. Violeta entendió antes, y mejor que nadie, que para asegurar la supervivencia de un acervo cultural amenazado por los acelerados procesos de homogenización que instauró el siglo XX, era necesario desplazar el enfoque creativo desde el pasado hacia el futuro.
Las películas que vio Violética
¿Por qué es (o podría llegar a ser) interesante analizar el rol del espectador a partir de una creadora como Violeta Parra? A mi juicio, porque entre espectador y creador no hay un límite sino más bien un tránsito –que consiste en abandonar la posición expectante para asumir el rol activo de la creación. El creador no es otra cosa que un receptor inconforme o entusiasmado que ha decidido meter las manos y poner el cuerpo.
Violeta teatralizada en Santiago a Mil
No, ver obras sobre Violeta Parra no es ver la misma película siempre, y ahí es donde se juega la propuesta teatral. Me atrevería a decir (pero no a afirmar) que ver montajes sobre la Viola siempre vale la pena, sobre todo si son obras seleccionadas para este festival, que con todas sus críticas, sigue siendo la chochera de muchos santiaguinos asfixiados con el calor de enero.