En esta hora de pañuelo verde invencible, La Raza programa un poema barroco de una de las más grandes para que suene de fondo.
Contra la ciencia sexista y su pensamiento heterosexual
Una ciencia feminista sería una que se atreva a desmantelar las divisiones binarias y las construcciones culturales que jamás se han puesto entredicho como, por ejemplo, el binomio hombre/mujer.
Una reflexión a varias voces, desde el archivo del propio cuerpo
No es la furia «natural del hombre» o la enfermedad del machismo, ni la «cultura» la que nos mata, son ciudadanos de la República que crecen sin hacer contacto con los ojos de los demás, sin reconocer a su alrededor el mundo diverso de sus iguales y donde, como señalan de forma compleja e inquietante Javiera Toro y Valentina Saavedra, la precarización constante en que se funda la explotación del capitalismo neoliberal, sí hace iguales a hombres y mujeres: iguales en la precariedad.
Vidas y andanzas de la Reforma (1918-2018) #6: un balance en su centenario
Fue un proyecto de renovación educativa y científica para la universidad, convirtiéndose también en un movimiento ideológico democrático, latinoamericanista y antiimperialista.
Furia diamante: el lector ante el abismo
Tramas aparentemente imposibles, pero no inverosímiles, porque en la prosa de Tentoni todo cobra vida y de ahí que nos deje estupefacto, sobre todo gracias al ángulo, a la perspectiva desde la cual se nos narra.
Celia Cussen: Volver al pasado para evitar una “muerte social” moderna
Saber que el chileno promedio tiene un antepasado que llegó (…) mayor sensibilidad hacia la historia de la esclavitud de todo el continente
Carmen Berenguer, tus encajes del oficio
Un texto macizo, como roble fuerte, perenne, que junta, reúne, aglutina, aúna todo tu quehacer poético: tu maravilla pulgar, tu labor incansable como creadora de la palabra, “lengüita trino”, “la palabra que saltó del estómago vacío al blanco de la página” para mancharla sin tapujos desde tu dislexia liberadora del yugo patriarcal.
Hoy, más que nunca, ¡Jaime Garzón vive! (y muere)
Pero la violencia en Colombia demanda una urgencia perentoria, sobre todo porque las agencias y oenegés vienen denunciando hace por lo menos dos años un oscuro rebrote de la epidemia que afecta los campos colombianos desde los tiempos en que el Coronel no tiene quién le escriba, e incluso más.