/ por María Yaksic
En sintonía con al Paro Mundial de Mujeres convocado para este miércoles 8 de marzo, se desarrolla la exposición Women in Work: mujer, arte y trabajo en la globalización (Valencia, España) con la participación de colectivos gráficos feministas de Chile bajo la consigna “Mujer no me gustas cuando callas” y una campaña de la circulación libre de afiches descargables para copiar, llevar y pegar este 8M.
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Cuatro colectivos gráficos feministas de Chile serán parte de la exposición colectiva Women in Work: mujer, arte y trabajo en la globalización organizada por la Red internacional de colaboración feminista Arte Contra la Violencia de Género, abierta al público en sala de exposiciones de la Universidad Politécnica de Valencia, España, entre el 7 de marzo y el 19 de mayo de 2017.
Esta exposición recupera el legado de Women and Work (1975), del colectivo británico The Hackney Flashers, donde se reconocía la contribución invisible de las mujeres a la economía en el hogar y fuera de él. Instalaciones, video-instalaciones, fotografías, vídeos, documentales, performances y obra gráfica de más de 40 artistas y colectivos recorren, como señala la presentación de la muestra, “la situación laboral desde un punto de vista de género en la globalización” desde un enfoque feminista. Porque: “La globalización no ha sido capaz de superar la antigua ordenación de las esferas socioeconómicas definidas por la división sexual del trabajo productivo y reproductivo. Muy al contrario, si bien la mujer se ha incorporado al mercado laboral productivo de forma masiva, no ha dejado de realizar las tareas reproductivas invisibles (el trabajo de cuidados que permite la reproducción de la vida)”, apuntan desde la coordinación de la muestra.
Cinco ciclos temáticos componen el montaje, reuniendo el arte y la contraviolencia de género. El despliegue de temas es vasto: la economía globalizada y las nuevas servidumbres domésticas; las nuevas tecnologías y la robótica laboral en la vida de las mujeres; la violencia de la cultura, el lenguaje y el imaginario colectivo en el contexto de la dominación masculina; el aumento del trabajo gratuito, la brecha salarial y la segregación del mercado global de trabajo, así como la precarización y la feminización de la pobreza.
Estos temas afloran con las obras de artistas consolidadas como la suiza Ursula Biemann, la paraguaya-estadounidense Faith Wilding o las norteamericanas de Guerrilla Girls, así como con artistas españolas de reconocido prestigio como la artista catalana Nuria Güell, las artistas madrileñas Marisa González y María Ruido o las valencianas María Zárraga y Maribel Doménech, entre otras, así como con colectivos emergentes internacionales y nacionales como el mexicano Invasorix o el colectivo Ideadestroyingmuros & Anna Maria Staiano.
Un lugar especial se ha dado la participación gráfica de los colectivos chilenos Brigada de Propaganda Feminista, Ser y Gráfica, Seri-insurgentes y Washas del Sistema que, bajo la curaduría de Carolina Olmedo y Javiera Manzi, lleva el nombre “Mujer no me gusta cuando callas”. Las piezas gráficas de estos colectivos (o más bien, colectivas) conforman un corpus de realizaciones creadas entre 2015 y 2017, las cuales se han exhibido en los muros de las calles y acompañado, codo a codo, la movilización en los últimos años. En estos carteles destaca la demanda por un aborto libre, gratuito y seguro, en sintonía con el impulso por la recuperación de derechos sociales básicos perdidos durante la dictadura, pero abriendo también horizontes todavía por conquistar, como la educación no sexista o el reconocimiento del trabajo doméstico como trabajo.
Las piezas son parte de la gran heterogeneidad de consignas, técnicas y componentes visuales que coexisten en el campo de la producción gráfica contemporánea en Chile, cuya intensidad ha seguido el ritmo de la sostenida movilización social desplegada en las calles desde el 2011, pero antes de eso, desde las primeras movilizaciones estudiantiles de los dos mil. Gráfica que ya es parte de este ciclo y en cuya materialidad residen las huellas de una historia colectiva de agitación y propaganda.
Maternidad obligatoria y aborto penalizado en Chile
Con una cita de Jaime Guzmán,[1] la sección gráfica chilena interpela en esta muestra el mandato de la maternidad obligatoria. Las curadoras señalan cómo desde sus orígenes el control de la natalidad acompañó en Chile al aumento de la participación de mujeres en la fuerza de trabajo, la emergencia de las primeras organizaciones de mujeres (1913), su conquista progresiva del voto irrestricto (1934-1949) y la elección de las primeras representantes parlamentarias (1949).
“Tras décadas de avances en materia de salud pública, caracterizadas por la incorporación del aborto terapéutico al código sanitario en 1931 y el involucramiento del Estado en el respaldo de las prácticas abortivas por medio de políticas públicas de anticoncepción, enfocadas en los sectores más desposeídos, la dictadura cívico-militar que siguió al golpe de Estado de 1973 desmontó estos mínimos avances conseguidos en la arena institucional, reafirmando el control sobre el cuerpo de las mujeres y la reproducción de la fuerza de trabajo, en conformidad con las visiones ideológicas de los sectores dominantes. Como muchos otros cerrojos en materia educacional, laboral y política acordados durante el cese pactado de la dictadura, la prohibición total del aborto establecida en 1989 fue una afrenta directa contra la autonomía de las mujeres como sujetas políticas en el contexto de negociación de la transición a la democracia”, señalan en el texto de sala de la exposición.
Hoy día la demanda por el aborto avanza desde las organizaciones feministas en un contexto de mayor apertura política y social sobre el tema, aunque todavía, tras años de discusión, no exista una resolución concreta de la ley de aborto en tres causales en el Parlamento. El quehacer gráfico, visual y político para la visibilización de esta demanda es una necesidad, sostienen los colectivos y las organizaciones, para que desde el espacio local y en este Paro Mundial de Mujeres se gane terreno en las demandas específicas por nuestros derechos.
Para mañana, los colectivos de la muestra iniciaron una campaña de difusión de sus afiches con el fin de que puedan acompañar ampliamente la movilización en las calles.
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[1] «[La mujer] está obligada siempre a tener el hijo, en toda circunstancia, como parte de la cruz que Dios pueda colocar al ser humano. La madre debe tener al hijo aunque este salga anormal, aunque no lo haya deseado, aunque sea producto de una violación o, aunque de tenerlo, derive su muerte”, Jaime Guzmán.
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