Un cuento y tres poemas de Raquel Jodorowsky

junio 18, 2025
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Dos editoriales han lanzado recientemente la obra narrativa y poética de la escritora iquiqueña. Se trata de Cuentos para cerebros detenidos publicado por Pesopluma de Perú, y Una diosa desterrada del cosmos. Poesía completa, de la naciente editorial local, La Esporádica. Ambas casas literarias comparten un pequeño fragmento de sus libros. 

Raquel recitando en el Teatro Segura 2011

Quizás en este caso aplique a plenitud el refrán “nadie es profeta en su tierra”. Raquel Jodorowsky Prullansky nació en Iquique en 1927 y murió en Lima el 2011; ciudad en la que se radicó en la década del 50. El motivo de su viaje fue una beca para estudiar literatura y luego arqueología, labores a los que sumó su trabajo de pintora, poeta -y como señalan en la biografía de su poesía completa- “creadora cósmica”. También fue costurera y vendedora de ropa.

Publicó veinte libros en vida, entre los que destacan los que autoeditó —En la pared de los sueños alguien llama (1957), ensentidoinverso (1962), Caramelo de sal (1977)— y los posteriores en que se abre a la exploración de los saberes ancestrales del continente: Ajy Tojen (1964; 2022), Lo que llama desde la eternidad. Chavín de Huántar (1979). América en la tierra (1989), Nazca Nacer /Chan Chan. Maga lunar (1992) y Entretextos reales (1993). 

Como señala Micaela Pareces de Esporádica en el prólogo de la poesía completa, “Una mujer llama tras la pared de los sueños”, Raquel Jodorowsky es, “como pocas en la historia poética de América, una creadora múltiple que trasciende la escritura. Entendió pronto que la poesía se engendra y sobrevive más allá de la palabra, y que la palabra, como código escrito y secuencial, es la prehistoria de una nueva humanidad, de una nueva forma de habitar el mundo, en que el lenguaje va más allá del registro verbal y en que poesía, sonido, vida y cosmos son una misma y sola energía”.

Ante eso, la editora se pregunta: “¿Cómo explicarse que la noticia de su vida y su obra sea prácticamente un secreto?”. Micaela prefiere no hablar de olvido, “porque para olvidar a alguien primero hay que haberlo conocido. Y a Raquel en Chile nadie la conoce. Los pocos y fervientes lectores que han tenido el azaroso o sincrónico privilegio de acceder a sus libros no deben superar el número de dedos de un cuerpo humano, y la mayoría se encuentra fuera de este país-isla: en Perú, en Ecuador, en Venezuela, en Colombia, en México”.

Desde Perú, en el prologo de los Cuentos para cerebros detenidos, “Las parábolas surrealistas de Raquel Jodorowsky”, a cargo Pedro Casusol, su autor plantea que la narrativa breve de Jodorowsky “fluctúa entre la fantasía y el misticismo, con grandes dosis de surrealismo, psicodelia y ciencia ficción”. Un “surrealismo a la criolla en textos delirantes en una narradora peruano-chilena que práctica con éxito el terrorismo verbal”, dice, citando Ricardo Gónzalez Vigil. Este texto se puede leer completamente acá. 

Desde La Raza Cómica, la invitación es a leer estos fragmentos que buscan ser puertas de acceso a la obra de esta prolífica autora. 

***

Un cuento

¿No le dijo su mamá que…?

Hasta ahora hemos vivido bajo una montaña de papel en un planeta de papel. 

Toda la literatura ha sido hecha para entender. 

Pero ya estamos cansados de entender. No hay que entender nada más.

Descubrimos que podemos ser algo más que terrestres toda la vida. 

Y podemos salir de la jaula que delimitó Colón.

Siempre formando parte de un mundo ilógico, sin admitirlo concientemente, dentro del cual tratamos de proyectar nuestra lógica, que no existe. 

Y no es así. Y estamos equivocados. Y nos falta algo. 

A lo mejor somos células de un desorden fenomenal.

Estos cuentos que pueden no ser cuentos sino que principios religiosos de una nueva moral, son un disparo a la razón. 

Son el juego cerebral de esa parte misteriosa del lóbulo izquierdo. 

Reales dentro de la irrealidad, cuerdos dentro del absurdo.

Son mis flores de vidrio. Las últimas partículas de mi memoria venusiana. 

En “Cuentos para cerebros detenidos”, publicado por Editorial PesoPluma de Perú, en su colección Crisálida.

 

***

Tres poemas

Habla la Mujer Tierra

Soy el receptáculo de las fuerzas mayores

del grito medular del hombre

donde caen los ruidos parecidos

al derrumbe del mundo.

Soy yo la tierra-madre

la cruel, la tierna

hacedora de la muerte y de la vida.

La húmeda y profunda alcoba

de las aguas

donde se abrazan los niños y las piedras.

Soy la voz ronca de las grutas

los cantos en el interior de los troncos

en las botellas vacías donde aúlla el viento

y se pierden despavoridos los años.

Abrazo y beso. Abrazo pero también destruyo

pero también

repongo cada vez las primaveras

y el invierno, cada vez

sobre el vientre de las capitales

echo a rodar la lluvia

hago correr la lluvia

en las espaldas de los amantes.

Ella toca el rostro insensible de los muertos

abandonados

que nadie puso dentro de mi pecho.

La lluvia desde lo hondo

trayendo de la mano

los recién nacidos a las horas.

Detrás de los granos y las hojas

ayudando a germinar los árboles

que un día serán cunas y féretros.

O en la tierra del Ande, culebrón que tiembla

o en la tierra del sur, ojo de esmeralda abierto

en esta tierra de Chile, o en la del mundo

mi corazón está multiplicándose

bajo los pies aguarda intacto

su volumen de amor.

Posesiva entraña de los fuegos prisioneros

todo parte de mí

todo huye

todo vuelve hacia mí.

Anudado va mi aliento a la garganta

de los seres y las aves y las bestias.

Porque soy el recuerdo

el recuerdo que camina en la sangre

el recuerdo que la impulsa.

Pero a veces

el estampido del tiempo

me hace tocar el llanto

y corro como una viuda

por las regiones del quebranto, donde

alguien combate, alguien

recoge a pedazos sus heridas.

Toco estos campos. Guardo por años

el sonido de los toques. Las trompetas.

Porque las victorias de guerra ¿son victorias?

Toco este llanto en mi corteza, a veces.

Pero vienen los días

irremediablemente los días de sol

con el martillar de los herreros lejanos

vienen

las labores, los rostros de frente al horizonte

vienen los hombres

nuevamente los hombres que dibujan en mi espalda

los sembrados futuros.

Vienen y cantan

y olvidan y cantan.

Yo los acojo de ala en ala

los hundo en el verdor

yo les devuelvo las fuerzas mayores

el grito medular.

Yo los integro a la danza

de mi entraña

al agua, al aire, al fuego

a la usina de la tierra, al trigo

y les hago tocar mi corazón.

                 Concepción, 1955

(De En la pared de los sueños alguien llama..., 1957)

Aquí les habla

Aquí les habla

la hija del mundo.

Sin necesidad de muchas palabras

aquí está mi poesía

envuelta en oscuros poderes.

Ella es anterior al fuego

da golpes mortales

establece su influencia

y de este modo hace

en las zonas silenciosas

del cerebro

una huella.

Un poeta no es nada

del otro mundo.

Es de esta tierra

aunque cayó de arriba.

Por eso cuando escribo

hablo con lo invisible.

Cada día emerjo

como una manzana

saturada de café

y canta mi corazón

con la boca abierta

engañado por su propia bondad.

Una mañana de oro

todos los poemas

tendrán el poder

de levantarse y caminar.

Nos volveremos magos

seremos dueños

de lo nombrado.

Entonces ordenaremos

este planeta

como el País de la Vida

y no como el Reino

de la Destrucción…

(De Caramelo de sal, 1977)

«La máscara del orador en el Oráculo»

Cuando la poesía no sirve para cambiar este mundo

entonces hay que cambiar lo que se llama poesía.

Yo misma reviso mis poemas

y no encuentro un solo verso que pueda ser citado

una frase capaz de transformar la vida.

Solo un puñado de palabras inciertas

que no pueden convertirse en lo que dicen.

Nuestra lengua ha olvidado el idioma sagrado

de las aves o de Dios.

Ya no se modifica en el silencio.

Se ha domesticado en la costumbre de nombrar los héroes

que engordan nuestra historia

(esos ídolos que atraen la pérdida de infinitos)

y hemos llenado nuestras bocas de peces ahumados

de frutas de papel

que repiten la comedia de los días

en escenarios de plásticos donde actuamos aullando

pareciendo mendigos de la felicidad.

No era así. No éramos así.

Quién de nosotros puede deshacer las minuciosas máscaras

olor a nada

acreedoras a la piedad de un rey?

Ex-dioses, ex-profetas, ex-amantes. ex-creadores,

ex-perfectos animales

Por todos estos motivos es que ahora figuramos

en documentales, etiquetas, retratos oficiales

y la expresión ex se torna universal.

Dónde están los hombres encendidos

que producían las sirenas antiguas?

Hoy que todo se mide con singular precisión

distancias, pesos, temperaturas, pulsos

que son identificados los elementos que componen

la materia de las estrellas

y se determina la figura del planeta

sujetándolo a leyes que ponen en orden su desorden,

nadie, nadie nos dice, quién, la relación exacta

de nuestra Patria en el Cosmos.

Porque el hombre no viene de la tierra

sino del alma.

Y en esta casa del mundo pasamos unos años prestados

pasajeros como somos de la heredad terrestre.

Como la reminiscencia de una especie potente desaparecida

la Humanidad, antigua vampiresa de mil rostros, pasa

revestida con la piel de sus enemigos.

Una familia más, destinada a la infinita variedad de la existencia.

Henos aquí formados en línea alrededor del sol

viviendo de su vida después de miles de años.

Nosotros que no nos ajustamos del todo a una sola realidad

metidos en la combustión general, cansados de ser mordidos

después que hemos trabajado la vida

henos aquí sentados cómodamente en viaje hacia la Luna

tranquilos, exprimidos, con el cerebro hecho arena

por todo y todos los maravillosos y grandes adelantos de la Industria

con los mejores órganos donados de antemano

en paz, sin dedos, con un número en el cuello

clasificados para siempre.

He aquí en un bello día el espectáculo de mi época

en el Gran Museo del Mundo

cuya sangre es agua.

(De Caramelo de sal, 1977)

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