Ahora condenan el efecto Fuenteovejuna. Décadas de manifestaciones pacíficas, con itinerario y horario trazados por las distintas intendencias. ¿Qué se consiguió? Muy poco.
Nerón y el incendio de Roma
Esta vez no hay flautista de Hamelin. Pero se escucha la melodía. Es una revuelta anarca ciudadana.
Chile arde y yo ardo desde lejos
En ellos había rabia. (…) pero muchos otros tenían más fuego que nadie: raperos, grafiteros, deportistas y circenses, haciendo colectividad en las calles mientras los adultos les decían que no fueran a marchar, que no rayaran las calles, que no faltaran a clases porque la educación era su futuro. Mentira.