Torpedos emocionales: las fórmulas de Carolina Rack

En Las fórmulas nos encontramos ante personajes que se encuentran en una deriva que ellos mismos narran con desencanto y humor, con certezas y con inseguridades.

La bendita tragedia de nacer artista en una favela

La vida de Espírito da Luz Soares –compositor musical de una escuela de samba de la zona norte de Río de Janeiro– cambia radicalmente el día en que, durante un ensayo, es simultáneamente “descubierto” por un músico de orquesta y un dizque agente musical. Ambos advierten, no sin asombro, la fluidez con que versos y melodías acuden a los labios del músico, así como el ingenio y sentimiento de las letras; la diferencia entre ellos es que mientras el primero muestra un genuino interés (nacido de la admiración), el segundo ve una oportunidad de beneficio económico.

De hidras y delfines

Este libro nos habla de contextos sur, es una poética “de un cuerpo racializado que no llora”.

El balotaje que nos dio boleta: apuntes para encajar la derrota

Cada quien tiró sus dados sobre el fieltro apolillado de la política institucional de izquierda.

La voix du seigneur m’apelle

El pastor dicta la prédica mientras todos están sentados, cientos de haitianos y haitianas que llevan horas honrando a su dios.

El primer presidente blanco

Para Trump, la blanquitud no es conceptual ni simbólica, es más bien el meollo mismo de su poder.

Poemas, panfletos, plegarias

Estos poemas pelean a la contra: contra la ruina del amor y la amistad, contra la postergación de la justicia, contra la destrucción del planeta, contra la imposibilidad de la paz, contra la mutilación del lenguaje en este Chile neoliberal

El reloj

El hijo se había metido al sindicato, el hijo había sobresalido en la lucha. ¿Y dónde estaba ahora?

Vivienda soviética: de Moscú a La Habana y Quilpué

Las kruschevskie que llegaron a Chile quizás lo hicieron fuera de su tiempo y de su espacio, pero inaugurando también sus propias contradicciones locales.

Kutral: memorias y poéticas a 20 años de Lumaco

La luminosidad del fuego permitió ver sin eufemismos el rostro del colonizado y el colonizador. Y vista la verdad, es imposible ser los mismos.