El video ensamble “Pelea de Perros /Nunca lloramos tanto como cuando nos quitaron los ojos” es justamente el encuentro y diálogo de estas dimensiones de expresión, donde está presente el dispositivo que se instala en la memoria de todo paisaje, recorre calles y campos para mostrar un Chile tan horrorizado como despierto, un registro de la mutilación y del abuso policial-político que nadie está dispuesto a olvidar; la poesía describe el panorama y presenta la voz del despertar rabioso y potente, que a través de la música y el registro documental nos lleva por el Chile de hoy, ese que se encuentra, se abraza y protesta por la dignidad robada.
Una larga cola de burro para Pinochet: Miguel Littin clandestino en Chile.
Mientras Littin busca la pornomiseria para despertar el repudio de la comunidad internacional, el panorama se le presenta de forma perturbadoramente contraria: un país limpio, en absoluto orden. Littin peca de ingenuo. Si la UP buscó bosquejar una imagen de un Chile que avanzaba con obreros y campesinos organizados, Pinochet y su tropa apostaron todas sus cartas por organizar una nueva cartografía que operase como asepsia del relato construido con la clase trabajadora.