Deseaba dejar ese lugar y aquel trabajo; cada tarde, al llegar a su hogar, luego de sortear charcos con inmundicias, perros vagos, ratones muertos y uno que otro grupo de hombres y mujeres que se agolpaban alrededor de fogatas pestilentes, se sentía en la obligación de relacionarse con sus vecinos.
Afrochilenos, la discusión que el Estado no quiere dar
La carta de Salgado es una pieza más de la demanda por reconocimiento histórico que Oro Negro, junto a otras organizaciones, han desarrollado al alero del movimiento afrodescendiente en América Latina.