El teatro es cruel en eso. El cine supo resolver esa maldad inventando un soporte material donde se puede reproducir una y otra vez la historia que cuenta. El teatro no se toma esa molestia, no le interesa esa consideración. Te lo da todo en una hora y media y después te despoja de todo cuanto ofreció.
Presentación de la conferencia “¿Oís lo que escribo? La oralidad como poética”, de Selva Almada
Que no se diga que la precariedad de los pueblos achata el punto de vista. Que quien lo diga se calle y abra un libro de Selva Almada.