Las rebeliones de 2011 (la estudiantil) y 2019 (el estallido de octubre) mostraron la aparente ruina del modelo neoliberal, pero también esa dialéctica entre alzamiento popular y comedimiento gubernamental que parece caracterizar este país. Ese comedimiento tiende a focalizarlo todo en el “extremo centro”, bajo el presupuesto que hay “centroizquierda” y “centroderecha” y que los votantes anclarán lo institucional de alguna manera en ese “centro”.