Vieron tanto que no podían dejar de ver, incluso debajo del agua, sintieron el llanto de los cenotes arrojados de su desaparición, en nombre del progreso y la locomotora de la historia y sus rieles perfectamente diseñados hacia el despeñadero. Vieron al poeta Nezahualcóyotl, declamar su trascendencia. Vieron a Sor Juana Inés de la Cruz junto con Tonantzin en un abrazo que creaba los amaneceres. Vieron al funcionario público que por más de un siglo seguía timbrando las mismas estampillas en las que un águila mordiendo una serpiente cascabel se posaba sobre un nopal.
[Crónica mexicana parte 1] «El vaivén es placentero»
Son decenas de trajineras las que se deslizan despacio por una de las arterias que cruzan la extensión lacustre de Xochimilco. En este mismo instante, por rutas adyacentes, embarcaciones idénticas a la nuestra serpentean por otros circuitos de agua tal como lo hacemos nosotros ahora.
Tres poetas mexicanas
¿Qué tipo de ruido haremos al despedazarnos?/ ¿Algo parecido al crust, al punk, al death metal?
Después del 68. Transformación de la protesta estudiantil en la calle y las aulas
La memoria se mantuvo viva dentro de las aulas universitarias, ahí donde no llegó ni la censura ni la vigilancia del gobierno, en ese entorno se rememoraron los hechos que habían vivido los estudiantes y maestros, y la fueron legando a las siguientes generaciones. Así, desde ese momento surgió la frase que al día de hoy se mantiene vigente y que guía la búsqueda de justicia: “dos de octubre, no se olvida”.
Central de Abastos – Ciudad de México
La Central de Abastos de Ciudad de México (ex-Distrito Federal) es el equivalente a La Vega Central o Lo Valledor acá en Santiago. Es decir, una pequeña ciudad que se nutre de una más grande y a la que, a su vez, se encarga de alimentar. Lugar de obreros y obreras vieja escuela, de los que empiezan su jornada de noche y a quienes debiesen estar realmente dirigidas las bendiciones y plegarias de sobremesa.