Estamos entre las calles Guzmán, Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, Del Campo y el Cano. Buscamos un lugar para comer y alguna librería, pero encontramos más que eso. G me muestra un muro con un rayado. Es el primer mensaje directo: “Hay que echarlo!”. Allí estaba el pálpito de rebeldía que buscábamos.
Escribí caleta, siempre escribo harto. Crónica de la travesía de un nuevo libro
En bicicleta y en bus, el poeta y escritor recorrió el sur distribuyendo su nueva novela, Pasta Láser. “Salí en Copa América y volví en olimpiadas”, escribe en esta crónica donde narra amistades, aventuras de carretera, y se refiere a su registro fotográfico sobre las animitas de Chiloé, que pretende convertir en libro. “Es un catálogo de la muerte”, anota.
Diarios de lluvias mudas
Tres mudanzas con una misma constante: la lluvia que moja los muebles y las cajas a medida que van haciendo su éxodo. Tres mudanzas con otra constante mayor: todas ocurrieron después de la muerte de mi papá. ¿En qué cosas reside la esencia de un hogar? ¿Qué posibilidades abre una mudanza para una vida que se siente en ruinas? ¿Qué es lo que se muda con nosotrxs?
[Crónica mexicana parte 3] Todo esto que tú ves era un lago
Abajo, en el agua, los rayos de sol también llegan al suelo y el ruido de la ciudad no existe porque no entra y porque estamos lejos. También, porque tienen su propia civilización.
Drácula o la mordida de la imagen en el cuello del ojo.
Los últimos gajos de sol enrojecen tramos disparejos de cielo y con mi abuela cruzamos el polvoriento peladero en dirección a la cancha, envueltos en el frescor de la tarde de algo así como octubre. Este no es un recorrido inocuo. De ese lado está el campamento; un conjunto de casas levantadas con retazos irregulares y delgados de tabla.
VAMOS A VER QUÉ PASA
Pienso en los comedores estudiantiles, en los niños que sólo comen si van a la escuela y qué estarán haciendo. Pienso en el señor que pasa vendiendo aguacates todos los días y no sé si es porque estoy paranoica pero cada día lo escucho más desesperado.
Noche púrpura en la Divine
Sin mirar atrás las parejas gays calcinadas en los carbones de Pompeya. Encontrar los baños para refugiarse en el frío falso de los azulejos plásticos. Como si en último momento se eligiera el lugar del placer, recordando chupeteos y escenas de fragor, reviviendo en la emergencia la humedad sexual de los baños del Cinelandia.
Menos machos, más compañeros: desarmando los nudos patriarcales
Arrastramos cinco mil años de patriarcado, dijeron más de una vez en el ELVA, y eso no se acabará en un pestañeo
Desandar la ciudad
Desandamos esta ciudad en todas sus desigualdades para pensar de qué, exactamente, debiéramos estar orgullosos, y cuáles debieran ser nuestros colores.