Tenemos la posibilidad de soñar una transformación social basada en economías más ecológicas y feministas.
Chile arde y yo ardo desde lejos
En ellos había rabia. (…) pero muchos otros tenían más fuego que nadie: raperos, grafiteros, deportistas y circenses, haciendo colectividad en las calles mientras los adultos les decían que no fueran a marchar, que no rayaran las calles, que no faltaran a clases porque la educación era su futuro. Mentira.