Los chilenos, si logran atravesar sus vergüenzas y edificar una representación menos anodina de los mapuche, podrán expandir sus potencialidades humanas. Para mí, este es el mayor aporte de El último neógrafo: lograr representar la alteridad radical de la sociedad chilena, desde Ercilla hasta nuestros días, mediante un fuerte compromiso con la humanidad del indio, con sus virtudes y sus defectos.