Francia hoy ocupa un lugar político privilegiado dentro del orden de su Estado-nación, pero mantiene una refrescante y aterrizada postura al plantear que “los espacios de poder son medios y no fines”, y que, aunque ver a una mujer negra, campesina y militante territorial ocupar esos espacios institucionales es profundamente significativo para las luchas populares, el trabajo aún está por hacerse.