La sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Navarra nos ha dejado heladas. Quienes sabíamos con antelación sobre el caso apostábamos por una sanción ejemplar. Como pocas veces, la víctima de violación contaba con pruebas audiovisuales, mensajes de whatsapp que constataban premeditación, antecedentes que perfilaban “La Manada” como un Club de Toby que hacía de la cultura de la violación una praxis activa.