Porque las mujeres que abortan y las que las acompañamos EXISTIMOS. Las mujeres merecemos acceso a la salud, pero sobre todo merecemos dignidad. La dignidad de acompañarnos, la dignidad de no ser obligadas a hacer lo que no queremos hacer, la dignidad de elegir y soñar la vida que queremos vivir, la dignidad que hace siglos se nos debe. La dignidad de imaginar juntas un mundo donde nunca más la culpa, nunca más el miedo, nunca más la ley, nunca más la iglesia, nunca más nadie por encima de nosotras, nunca más.
valeria flores: “Pienso lesbiana no tanto como una identidad sexual sino como un espacio epistemológico y de producción teórica”
Muchas prácticas subversivas tienen un nivel de opacidad, de ambigüedad o de contradicción que son más inasibles para ese código que necesita encajarlas en un marco de reconocimiento de la subversividad. Mi apuesta escritural es esa, tal vez sea la opacidad bajo las leyes compulsivas de la transparencia.