. La novela es a ratos incómoda, tensa, como cuando se nos invita a una casa y las anfitrionas comienzan a pelear delante de los invitados. A sacar los trapitos sucios al sol, hasta que no sabemos dónde mirar, ni dónde esconder la cabeza.
“No tengas piedad con los cerdos que comen perlas”: presentación de Plegarias a la Virgen de la Revolución, de Nicolás Cruz Valdivieso
Por mi parte, quisiera resaltar la “urgencia de la literatura” o, mejor dicho, “la literatura de la urgencia”, concepto que me permite dar cuenta de que este libro primero no fue un libro, fue como el mismo autor lo dice: “es la bitácora pobre pero honrada, integrada por una sola persona, su buen amigo Bagdad.” Y esta bitácora se materializó en las redes sociales del autor, quien cada noche escribía y publicaba estos textos.